Biden tiene que convencer a Carranza
Entre legisladores demócratas latinos que han expresado su molestia con el gobierno mexicano por dejar que pase el tiempo sin que felicite al Presidente electo, se encuentran personas que conocen la forma en que ha reaccionado López Obrador en otros casos, como con Evo Morales
El lenguaje mexicano es laberíntico porque rehúye de la sinceridad, es decir, de la verdad.
La renuencia a expresar una sincera felicitación al ganador de las elecciones presidenciales en Estados Unidos por parte del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, refleja una serie de complejos culturales no superados, la lectura de la Constitución de manera discrecional, el uso de una retórica barroca y difícil de asimilar por el siglo XXI, entre otros rasgos.
La periodista Martha Anaya recordaba en su columna Alhajero del miércoles 10 de noviembre, la referencia que el presidente López Obrador hiciera hace algunos días al abordar el tema de las elecciones en Estados Unidos. “En esa intervención, López Obrador se refirió a lo que sucedió en el 2006, en cómo hubo entonces diplomáticos mexicanos ‘afanositos’ en que fuera reconocida la victoria electoral de (Felipe) Calderón por gobiernos extranjeros cuando no se habían terminado de contar los votos siquiera”, recordó Martha Anaya. La referencia que proyectó el presidente López Obrador aporta un pilar importante sobre la renuencia a felicitar al presidente electo, Joe Biden. El presidente no olvida lo que para él fueron elecciones fraudulentas de 2006, y ahora, 14 años después y desde la Presidencia, se desgasta en el pasado en lugar de orientar sus estrategias hacia el futuro.
El contenido de un correo electrónico enviado por Roberto Velasco, director general de América del Norte, a la embajadora Martha Bárcena, incluye una serie de elementos a considerar.
El equipo de Biden se comunicó con la embajadora Bárcena para solicitar una llamada telefónica con el presidente López Obrador, según lo publicó el periódico El Universal en primera plana. Bárcena, al avisarle al secretario Marcelo Ebrard la petición del demócrata, recibió la indicación con el siguiente mensaje a través de un correo electrónico para que se lo haga saber al equipo de Joe Biden: “Uno de los pilares de la política exterior mexicana es el principio de no intervención, establecido en la que es conocida como Doctrina Carranza (…) de 1918”. Roberto Velasco le recuerda a la embajadora el espíritu de la tal doctrina: “(La) firme y constante voluntad de no intervenir jamás, bajo ningún pretexto, en los asuntos interiores de otros países”.
Resulta imposible no pensar en la participación ilegítima de Evo Morales en las elecciones presidenciales de su país en 2019. Morales no quiso respetar la ley del referéndum revocatorio que perdió en 2015, y con una mano en la cintura convenció a sus amigos los jueces para que aplastara la decisión de la mayoría. Algunos grupos de poder le dijeron a Evo Morales que no lo apoyarían en su aventura autoritaria. Uno de ellos fue el principal sindicato del país, durante muchos años figura de apoyo invaluable para Morales. Se presentó a las elecciones, y antes de concluir el proceso el gobierno de México reconoció su victoria. ¿En Bolivia se aplicó la divina doctrina Carranza? ¿López Obrador no pensó en los millones de ciudadanos bolivianos que votaron en contra de que Morales se presentara como candidato?
¿La aplicación del T-MEC no demanda interacciones entre tres países a través de actos de injerencia compartida? ¿Cuántas guerras entre países europeos se han evitado gracias a la cesión de soberanía y actos de injerencia compartida? Entre legisladores demócratas latinos que han expresado su molestia con el gobierno mexicano por dejar de pasar el tiempo sin que felicite a Biden, se encuentran personas que conocen la forma en que ha reaccionado López Obrador frente a casos como el de Evo Morales, recibido en México como jefe de Estado durante su exilio. La propia Roberta Jacobson, amiga de Hillary Clinton y embajadora en México antes de la llegada de Christopher Landau, forma parte del equipo de transición de Joe Biden. Jacobson conoce muy bien el entorno político actual de México. ¿Qué le ha de haber explicado a Biden sobre la renuencia de López Obrador? ¿Le habrá leído la Doctrina Carranza?
España es el tercer socio comercial, pero es, sin duda, con el que mayores lazos nos une. El pasado 8 de octubre, el presidente López Obrador visitó las instalaciones del Colegio de México en sus 80 años de vida. No mencionó una sola vez el nombre de España. La institución universitaria y de investigación es una aportación de los españoles republicanos que abandonaron su país por la guerra civil. Resulta inaudito que el presidente mexicano no haya recordado el origen del Colegio de México en plena ceremonia de celebración de un año más de vida.
Mi paso por el área de Comunicación Social de la Secretaría de Relaciones Exteriores, hace algunos años, fue muy ilustrativo, y ocurre en todas las dependencias del gobierno, independientemente del nombre del Presidente: los oficios, notas y comunicados de prensa se elaboran a través de un lenguaje barroco y nada claro, y lo peor, de lectura atemporal. Es decir, se puede decir que existen plantillas tipo “copiar y pegar” para comunicar alguna decisión que se tome en un año indeterminado, lo mismo en la época de Carranza o en noviembre de 2020.
Es corto recorrido por la SRE se debió, en gran medida, a mi fracaso de no haber podido imprimir un cambio con imaginación en el lenguaje intercambiado por los funcionarios en turno.
Las nuevas generaciones de diplomáticos mexicanos se merecen liderazgo en la articulación y conducción de la política exterior del país. El actual, es un sexenio con una política exterior miniaturizada donde es imposible descifrar las interacciones del presidente López Obrador con el exterior.
Es importante mirar hacia el futuro y reanimar al país atrapado en su retórica. Biden ganó las elecciones y será el presidente de Estados Unidos.
López Obrador debería de pensar no sólo en su presidencia; Trump atacó el país describiéndolo como violador. Su legado será mediocre.
¿O qué decir de las numerosas críticas que ha realizado el presidente mexicano a España, a sus múltiples actores políticos, de la monarquía al Congreso pasando por su soberanía? Exigiendo un perdón por lo ocurrido hace 500 años o confundiendo Iberdrola con Endesa. El presidente López Obrador ha cuestionado al congreso español por su respuesta frente a los actos de corrupción del rey Juan Carlos, hoy en retiro en los Emiratos Árabes Unidos.
La renuencia a expresar una sincera felicitación al ganador de las elecciones presidenciales en Estados Unidos por parte del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, refleja una serie de complejos culturales no superados.
Incongruencias. Durante su exilio de Bolivial el expresidente Evo Morales fue recibido en México como jefe de Estado.