A tres días de las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, Donald Trump y Barack Obama encabezarán actos electorales en el estado clave de Pensilvania, en los últimos esfuerzos de demócratas y republicanos para captar votos.
El presidente Joe Biden también estará presente, junto a Obama, en un mitin en este estado del noreste, antes de una votación decisiva que sentará las bases de las presidenciales de 2024.
Todos los focos están puestos en este antiguo bastión del acero, donde el cirujano multimillonario Mehmet Oz, apoyado por Trump, se disputa el escaño más peleado del Senado con el exalcalde demócrata John Fetterman.
De este resultado depende muy posiblemente el equilibrio de poderes de la cámara alta, que decide sobre temas fundamentales para el país.
Durante estas elecciones, previstas para el próximo martes, los estadounidenses también están convocados a renovar todos los escaños en la Cámara de Representantes.
Además se decidirán una serie de cargos locales, que legislan sobre las políticas de sus estados en materia de aborto y regulación ambiental, entre otros.
Separados por 400 km
Biden, que hasta ahora ha evitado los actos masivos de campaña y se ha volcado a la recaudación de fondos para su partido, estará presente el sábado en un gran mitin en Filadelfia, la cuna de la democracia estadounidense.
Al final de la tarde, el presidente de casi 80 años se unirá en el escenario a su excolega Obama y su innegable talento oratorio para un importante evento electoral.
Pocas horas más tarde, a 400 kilómetros de distancia, otro expresidente estadounidense, Donald Trump, se mezclará con su adorada marea de gorras rojas para un mitin en la pequeña localidad de Latrobe, cerca de Pittsburgh.
Después de una descarnada campaña centrada en la inflación, los republicanos se muestran cada vez más confiados en sus posibilidades de despojar al presidente demócrata de sus mayorías el 8 de noviembre.
De confirmarse sus predicciones, el multimillonario republicano parece decidido a aprovechar este impulso para formalizar su candidatura a las presidenciales lo antes posible, quizás ya en la tercera semana de noviembre.
Biden ha dicho hasta ahora que tiene la intención de postularse nuevamente, pero esa perspectiva no parece convencer a todos los demócratas, en parte debido a su edad y en parte al declive de su popularidad.
Aborto e inflación
El presidente demócrata está tratando de convencer a los votantes de que la del martes es una elección decisiva en asuntos como el aborto o el matrimonio homosexual, sobre los que ha prometido legislar si obtiene sólidas mayorías en el Congreso.
El derecho al aborto, derogado por la Corte Suprema de Estados Unidos en junio, ha sido un tema central de la carrera en Pensilvania.
La organización de planificación familiar Planned Parenthood también ha acudido a echarle una mano al demócrata John Fetterman en varias ocasiones durante la campaña.
Pero el aumento de los precios -un 8,2% de media anual en el país- sigue siendo, por lejos, la principal preocupación de los estadounidenses, y los esfuerzos de Biden por presentarse como el “presidente de la clase media” aun son insuficientes.
“Los demócratas están preocupados”, bromeó el candidato republicano de Pensilvania Mehmet Oz, quien hizo una campaña enfocada en el control de la inflación y la delincuencia “fuera de control”.
“La izquierda radical sabe que la dinámica está a favor” de los republicanos, dijo en un mensaje a sus seguidores.
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