De cara a las elecciones intermedias de noviembre, en la que se renovará un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes, Estados Unidos reconoció un panorama económico adverso.
¿Por qué sería importante esta noticia para el lector mexicano? Principalmente porque las economías de ambos países están ligadas; de modo que la suerte es compartida.
Y es que, el presidente Joe Biden admitió la posibilidad de una “ligera” recesión luego de que se dieran a conocer las previsiones económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI), en un contexto de guerra en Ucrania y un subsecuente aumento de la inflación.
“No creo que haya una recesión”, afirmó el mandatario en entrevista para la cadena estadunidense CNN; pero, dijo “si la hay, será una recesión muy ligera. Es decir, bajaremos ligeramente”.
A una economía entrampada en una lógica de guerra, en la que abundan sanciones contra Rusia y China, debe sumarse la decisión de la Opep+ de reducir sus cuotas de producción de petróleo tomada la semana pasada.
Al respecto, Biden dijo que “habrá consecuencias” para Arabia Saudita por esa determinación que afecta sus intereses, sin que explicará las sanciones a interponer; antes de la entrevista, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, dijo que su país reevalúa la relación entre ambos países.
Al referirse a la guerra que libra en el oriente de Europa, señaló que el presidente ruso, Vladimir Putin, “calculó mal” su capacidad para ocupar Ucrania, dejando ver que esta última ha hecho u buen trabajo militar.
“Creo que él pensó que lo recibirían con los brazos abiertos (...) y creo que sencillamente calculó mal”, indicó.
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