Estados Unidos enfrenta un debilitamiento de sus cadenas de producción y reportó una baja en el ritmo de sus exportaciones, que se ha adjudicado a un menor acceso al crédito de las empresas por falta de liquidez, como a tasas de interés más elevadas.
En tanto, las importaciones retomaron el vuelo y las aumentó, lo que beneficia directamente a México, ya que se ha convertido en su principal socio comercial de insumos y mercancías, aunque este escenario puede deteriorarse ante las probabilidades de la llegada de una recesión a la economía estadounidense y que puede afectar las cadenas de valor mexicanas.
De acuerdo con el Buró de Análisis Económico de EU, las exportaciones de abril fueron de 249 mil millones de dólares, lo que significó una caída de 9 mil 200 millones de dólares frente a las cifras de marzo. En contraste, las importaciones fueron de 323.6 mil millones, un incremento de 4.8 mil millones de dólares que benefició a México.
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La balanza comercial del cuarto mes para el país vecino tuvo una ampliación del déficit de 60 mil 600 millones (revisado) en marzo, a uno de 74 mil 600 millones de dólares para abril, un incremento de un 23.1 por ciento.
En relación con México, Estados Unidos presentó un déficit de 13 mil millones de dólares, lo que favoreció a nuestro país. El martes, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó un incremento mensual y anual en la producción y exportaciones de automóviles fabricados en México, y Estados Unidos es su principal mercado de consumo.
Estados Unidos se encuentra en una paradoja económica; por un lado, las empresas batallan para continuar produciendo a los ritmos que demanda el mercado y por financiarse ante tasas de interés más altas y poco dinero disponible en el sector bancario, pero al mismo tiempo, su mercado laboral continúa expandiéndose y registrando marcas históricas de empleo.
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