Hay que poner mucho ojo al Senado en estos próximos días, donde se puede desatar una guerra muy extraña. Resulta que el priista Enrique Burgos quiere ser el presidente de la Mesa Directiva para el próximo periodo ordinario de sesiones, que será el último del gobierno de Enrique Peña Nieto. El punto es que el PRI también quiere la Junta de Coordinación Política del Senado, que actualmente tiene el PAN. Si no consigue ambos puestos, el personaje derrotado será el coordinador de los priistas, Emilio Gamboa, que está ansioso por quedarse con las dos rebanadas del pastel. Y está dicho, dicen los que saben, que no conseguirá las dos posiciones que son claves en la Cámara Alta, porque desde el año 2000 se reparten la Mesa Directiva de forma proporcional: tres años para la primera fuerza, tres más para la segunda. Sólo en 2006 el PAN y el PRI le regalaron un año al PRD. En esta Legislatura el PRD ya dirigió un año, el PAN dos, y el PRI lleva dos, por lo que le falta uno y le tocará este último. Pero, por acuerdo, no pueden ocupar al mismo tiempo la Junta de Coordinación Política que le toca al PAN, que con el PRD ya decidieron que no dejarán que el PRI asuma los dos cargos. Pese a todo, pese a todo, en el equipo de Gamboa afirman que si, el PRI se quedara con los dos cargos.