Mucho ha tenido que trabajar últimamente el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, porque en Estados Unidos querían apretar un poco al presidente Andrés Manuel López Obrador, a través de un personaje sobre el que sospechan de todo, Manuel Bartlett Díaz, el director de la Comisión Federal de Electricidad.
Pero dicen los que saben que querían declararlo persona non grata de manera oficial, porque en los hechos no lo quieren ahí, tras las acusaciones de vínculos con el narcotráfico y de conocimiento, al menos, del asesinato del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena, en 1985.
Don Marcelo Ebrard, por instrucciones de su jefe, suavizó las cosas y cuando menos por ahora, Bartlett seguirá con el desprestigio, pero sin el calor quemándolo todo.