Zoila Muntané, artista plástica, atesora unas 2 mil Barbies. En su colección figuran ediciones exclusivas y, ahora, una nueva versión cadavérica dedicada al Día de Muertos, que algunos critican por monetizar la mayor tradición cultural de México.
Con vestido rosado y adornos típicos de la celebración del 1 y 2 de noviembre, la segunda edición del famoso juguete “conmemora a México, su fiesta, sus símbolos y a su gente”, señala el fabricante Mattel.
Se trata de una adaptación de la “Catrina” o “Calavera Garbancera”, creada por el caricaturista José Guadalupe Posada en 1912.
Pero sociólogos afirman que esta Barbie convertida en elegante esqueleto, con rasgos de la célebre pintora mexicana Frida Kahlo, no es más que otro caso de “apropiación cultural” con fines comerciales.
La Barbie Catrina “está relacionada con los flujos migratorios que ahora son mucho más marcados”, dice a la AFP Librada Moreno, socióloga y académica de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Esta muñeca es “resultado de una hibridación cultural, entre lo que existe al otro lado de la frontera (en Estados Unidos) y lo que hay acá", añade.
Los críticos de la “apropiación cultural” advierten un riesgo de distorsión de las tradiciones, símbolos y demás elementos transformados. Un punto de vista que choca con la libertad creativa.
Coleccionistas orgullosos
Moreno recuerda que en Estados Unidos, donde viven 36 millones de mexicanos o sus descendientes, cada vez se incorporan más tradiciones de su vecino latinoamericano.
La Barbie Día de Muertos, que se vende por unos 72 dólares, viste este año un ajuar de encaje rosa y su pálido rostro está detallado con colores vivos. En 2019 vistió de negro.
Su creador, el mexicoestadounidense Javier Meabe, dice que buscó “crear más conciencia sobre la celebración” que, según leyendas indígenas, marca el regreso de los difuntos al mundo de los vivos para ser honrados con ofrendas en casas y tumbas.
“Desde el año pasado que salió (...) me pareció muy bien, quiere decir que toman en cuenta nuestras tradiciones”, opina Muntané, de 54 años.
“En este caso no es una persona en particular, pero es una tradición muy bonita, como pocas en el mundo”, apunta Carlos Sandoval, también coleccionista.
Considerada la fiesta más representativa de México, la UNESCO declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad el Día de Muertos en 2003.
Tras el éxito de “Coco”
Para el sociólogo Roberto Álvarez, esta celebración “debe ser un tema solemne”, pero se ha convertido en un evento comercial en Estados Unidos desde el apabullante éxito del filme de Disney Pixar “Coco” (2017), y previamente con “Espectro” (2015), de la saga de James Bond.
Además de la Barbie, este año se sumaron otros productos alusivos como una Minnie Mouse Catrina y una colección de zapatillas Nike.
“La importancia cultural, hereditaria y simbólica que esta festividad tiene para México, a ojos del mercado, abre un campo de oportunidades que es explotado por estas firmas”, explica Álvarez.
La Barbie Día de Muertos es la cuarta edición de esta muñeca inspirada en México, tras la Catrina de 2019 y las dedicadas a la golfista Lorena Ochoa y a Frida Kahlo.
Esta última no pudo venderse en México porque la familia de Kahlo consideró que la imagen de la muñeca no correspondía con la de la artista.
“Barbie siempre fue diseñada desde una perspectiva meramente occidental”, opina Moreno.
Pese a sus reparos, la socióloga considera que una simple muñeca no pone en riesgo una celebración de 3 mil años.
“Día de Muertos es de las tradiciones más puras y ancestrales (...) Nada modifica sus raíces prehispánicas”, sostiene.
Desde su lanzamiento, en 1959, Barbie ha vendido más de mil millones de ejemplares de sus múltiples estilos y profesiones.
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