Una inflación alta y persistente más de lo anticipado, además de un debilitamiento de la economía mexicana en el cuarto trimestre, fueron motivos suficientes para que la Junta de Gobierno del Banco de México determinará aumentar en 50 puntos base su tasa de interés por segunda vez consecutiva.
La Junta de Gobierno, conformada por la nueva gobernadora, Victoria Rodríguez Ceja y los subgobernadores, Jonathan Heath, Galia Borja Gómez e Irene Espinosa Cantellano, votaron por un incremento de 0.50% para ubicar en 6.0% la tasa de interés interbancaria objetivo a un día. El disidente fue Gerardo Esquivel, quien se inclinó por un aumento de 0.25%, siendo el miembro que más veces ha estado en desacuerdo con el consenso. Sin embargo, esto es un signo de la autonomía y democracia que rige al instituto monetario.
Los sondeos levantados por diferentes instituciones apuntaban a un incremento de 50 puntos porcentuales tras una inflación persistente arriba de 7% en los últimos tres meses.
El informe de la reunión indicó que las presiones inflacionarias han sido de magnitud y duración mayor a lo anticipado. Además de que la inflación general, pese a verse desacelerada en enero fue de 7.07%, pero la subyacente aumentó a 6.21%, siendo el mes número 14 de manera consecutiva que se incrementa.
El debilitamiento en la actividad económica fue evidente en el último trimestre del año, y a pesar de estar ligados a la economía más grande del planeta, Estados Unidos, hubo una desincronización, ya que mientras ese país volvió a acelerar, nuestra economía continuó bajando el ritmo.
El crecimiento esperado por el Banco de México para el Producto Interno Bruto (PIB) era de 5.4 por ciento. Sin embargo, quedó muy lejos de cumplirse con un avance que reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 5.0% para este 2021.
Ahora, las condiciones económicas internas se muestran débiles después de un despegue en el primer semestre del año pasado y al parecer se extenderán por el resto del año, ya que las estimaciones de economistas del sector privado, así como instituciones financieras internacionales han recortado la tasa de crecimiento para este 2022 sería de entre 2.2 y 2.4%, y continuaría desacelerando en 2023 con un esperado 2.1%.
Aunque el Banco de México destacó que estás estimaciones están sujetas a riesgos —entre ellos las presiones inflacionarias externas, presiones de costos o persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados—, la depreciación cambiaría y los aumentos de precios agropecuarios y energéticos.