Marco Antonio Aguilar
maaguilar@ejecentral.com.mx
Hasta hace un par de años, los pobladores de la comunidad hidalguense de Santa Cruz consumían el agua que era extraída de un pozo cercano, pero un día los niveles de manganeso aumentaron y el venero se volvió peligroso para la salud.
Pronto se corrió la voz para no beber de esa agua, especialmente en los menores de edad. El manganeso, que se encuentra libre en el aire, el suelo, el agua y hasta en los alimentos, puede dañar las capacidades intelectuales de niños y niñas.
En Santa Cruz, poblado ubicado en el municipio de Huejutla de Reyes, Hidalgo, las principales actividades económicas son la agricultura y la ganadería, por lo que el agua es un recurso indispensable, mismo que ahora deben traer desde un poblado vecino.
El agua, que para consumo humano debe contener máximo 0.15 miligramos de manganeso por litro, en este pozo llegaba a tener hasta 5.34 miligramos, lo que hizo imposible su utilización para necesidades básicas. Pero un proyecto ha arrojado una luz para que los 303 habitantes de Santa Cruz vuelvan a tener su fuente de agua.
Dulce Areli Rivera, joven madre de dos pequeños, docente y estudiante de doctorado, realizó una investigación en la que logró documentar la eliminación de hasta 98% del manganeso del agua del pozo, una esperanza para que la comunidad vuelva a utilizar el líquido que antes abastecía sus necesidades del hogar y laborales.
Tras un tropiezo, el éxito
Después de cuatro años de trabajo y 260 mil pesos invertidos en el proceso, los cuales fueron financiados por el Programa para el Desarrollo Profesional Docente, para el Tipo Superior (PRODEP) de la SEP, la meta se logró. Pero el camino no fue nada fácil.
“Tratar con un sistema ambiental fue complicado, porque intentamos diferentes alternativas para realizar el tratamiento; intentamos primero que la bacteria oxidara como tal el manganeso, pero nos dimos cuenta de que oxida sólo cierta cantidad, pero no cubre el espectro de todo el contaminante que contiene el agua”, recordó la estudiante del doctorado en Ciencias Ambientales.
Luego de realizar una caracterización del pozo en laboratorio, la investigadora analizó los parámetros físico-químicos y microbiológicos contenidos en el agua, en la que descubrió que excedía los 5.34 miligramos por litro, superiores a los permitidos por la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1.
Originaria de Pachuca, Dulce Areli Rivera probó una serie de alternativas antes de darle al clavo. La bacteria basilus pumilus fue la primera opción, pero sólo logró eliminar una parte del contaminante, cerca de un miligramo de cada litro.
La investigadora debió realizar la caracterización de la bacteria para confirmar que se encontrara en el ecosistema, que fuera endémica para no crear un desequilibrio ambiental o un problema mayor en el ecosistema.
Junto a la doctora Gabriela Vázquez Rodríguez, encargada de temas ambientales de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), dispusieron de un plan B: la utilización de un biofiltro que contiene la misma bacteria y que, en coexistencia, lograron la eliminación de casi todo el manganeso del agua.
Este biofiltro, contó la ambientalista a ejecentral, se conforma por una columna de vidrio empacada con arena a la cual se le coloca un filtro textil; al pasar el agua por éste elimina la alta concentración de manganeso y se purifica el líquido.
Solución a una comunidad
Aunque el experimento se realizó a nivel laboratorio, Dulce Areli no descarta la posibilidad de escalarlo a proyecto piloto y posteriormente hacer un análisis que permita observar las cantidades de flujo y así apoyar a la limpieza del agua de este y otros pozos.
›Su investigación llevó a la estudiante a exponer sus resultados en el Instituto Tecnológico de Cracovia, en Polonia, de la que regresó el pasado 30 de septiembre y en la que recibió los mejores reconocimientos de compañeros y profesionales en la materia.
“Fue muy ameno, están muy interesados en la cuestión de proyectos ambientales que contribuyan al medio ambiente. Fue muy bien recibido, viví una experiencia muy enriquecedora”, recordó sobre su estadía de ocho días.
La investigadora admite que las bacterias suelen ser relacionadas con enfermedades o situaciones negativas, pero no siempre es así. En Hidalgo, una bacteria está en vías de ser la solución para combatir la contaminación del agua y que pueda ser potable de nuevo.
PROPUESTA| La tesis doctoral de Dulce Areli Rivera se titula Eliminación de manganeso del agua subterránea de la localidad de Santa Cruz, mediante la acción de bacterias oxidadoras de metal.