En un rincón del Cáucaso Meridional, entre el Mar Negro y el Mar Caspio, se encuentra Nagorno-Karabaj, una región que ha sido testigo de décadas de conflicto y tensiones.
Nagorno-Karabaj es un territorio que ha sido objeto de disputa entre Armenia y Azerbaiyán desde hace mucho tiempo.
A pesar de que es internacionalmente reconocido como parte de Azerbaiyán, ha estado bajo el control de personas de etnia armenia durante más de 30 años. Por ello, esta disputa es uno de los conflictos más antiguos y sangrientos del mundo, con episodios de violencia que datan de finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado.
Los enfrentamientos más recientes en Nagorno-Karabaj se desencadenaron en gran parte debido a la situación del Corredor de Lachin, una carretera vital que conecta la República de Armenia con la población de etnia armenia en Nagorno-Karabaj. El bloqueo de esta ruta por parte de Azerbaiyán, ocurrido en diciembre de 2022, causó temores de un nuevo brote de violencia.
Además, la escasez de alimentos y medicamentos en Nagorno-Karabaj aumentó, y por ello las acusaciones mutuas sobre el uso de la carretera para fines militares provocaron que se profundizaran las tensiones en la región.
En este conflicto, Rusia y Turquía han sido actores clave en este conflicto. Turquía, con fuertes lazos culturales e históricos con Azerbaiyán, ha desempeñado un papel destacado en el suministro de armas y tec-
nología militar a Azerbaiyán. Por su parte, Armenia tradicionalmente ha tenido una relación cercana con Rusia, aunque esta relación se ha visto deteriorada en los últimos tiempos debido a cambios políticos en Armenia.
Un conflicto sin fin a la vista
El 20 de septiembre, un alto el fuego mediado por Rusia puso fin a 24 horas de combates en Nagorno-Karabaj. Sin embargo, las condiciones para la población de etnia armenia en la región son inciertas. Muchos temen por su futuro y han huido de la región, mientras que líderes étnicos armenios han denunciado la limpieza étnica en curso. Azerbaiyán, por su parte, ha prometido que los residentes de Nagorno-Karabaj disfrutarán de los mismos derechos que otros ciudadanos azerbaiyanos.
A pesar de los recientes desarrollos y las conversaciones en curso, Armenia y Azerbaiyán aún no han firmado un acuerdo de paz, y no tienen relaciones diplomáticas formales. El futuro de Nagorno-Karabaj sigue siendo incierto, y la región se mantiene en el centro de uno de los conflictos más duraderos y complejos del mundo.
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