Avanzan en la equidad genética en América Latina
Sólo 1.3% de la información de genética humana que se tiene ha sido hecha con poblaciones de la región, un sesgo con implicaciones de salud pública
Las poblaciones de América Latina están muy poco representadas en los estudios genéticos con solo el 1.3% del total. Este tipo de estudios han permitido detectar condiciones, enfermedades, curas o formas de prevención y tratamiento para las mismas que no han podido ni podrán beneficiar a las poblaciones latinoamericanas en el futuro, cuando se descubran más y se hagan más accesibles.
Pero esto está empezando a cambiar, en buena medida gracias a una investigación en la que intervienen científicos de diversas instituciones mexicanas (como el Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad, LANGEBIO, en Irapuato; la UNAM, el Tec de Monterrey, la UAM y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición), la Universidad de Oxford y la Universidad de Tecnológica de Nanyang en Singapur.
El reporte de la investigación se publicó ayer en la revista Frontiers in Genetics con la aportación de 134 genomas de poblaciones americanas originarias; además hacen el cálculo de que habría que añadir al menos 3 mil más para que fuera realmente útil.
Los investigadores, encabezados por Andrés Moreno Estrada de LANGEBIO, señalan que la composición genética de las poblaciones latinoamericanas, que es el resultado de una mezcla relativamente reciente entre poblaciones nativas americanas, europeas y africanas, es muy heterogénea entre países y dentro de los países.
Como ejemplo toman el gen SLC16A11, cuyas variantes se han asociado con un mayor riesgo de diabetes en los mexicanos, pero que parecen tener baja frecuencia en las poblaciones latinoamericanas.
Otro ejemplo es el gen APOL1, cuyas variantes determinan riesgo de enfermedad renal en poblaciones de África occidental y que también se encuentran en las Américas como resultado de la trata transatlántica de esclavos.
“Si persiste el sesgo actual en los catálogos de variación humana, se pasarán por alto muchas variantes específicas de la población y las estrategias de medicina de precisión no beneficiarán a todas las poblaciones por igual”, apuntan los autores de la investigación.