Aun bajo las tensiones con Rusia por el comercio de energéticos, los estados miembro de la Unión Europea acordaron un embargo a “más de dos tercios” de sus compras de petróleo ruso, un primer paso para golpear el monopolio que tiene la exrepública soviética en materia energética.
El acuerdo anunciado por Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, fue alcanzado al fin de la primera jornada de una cumbre extraordinaria de líderes de la Unión Europea en Bruselas, y permite remover por el momento un tema de extrema delicadeza que había dejado expuestas grietas entre los esta asociación de países europeos.
Uno de los principales opositores a imponer sanciones al gas ruso fue Hungría, que se había negado a implementar un embargo a las importaciones europeas de petróleo, ya que es uno de los países más dependientes del energético. “No hay compromisos por ahora, y por lo tanto no hay ningún acuerdo”, declaró anteriormente Viktor Orban, primer ministro húngaro.
En tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció que Alemania y Polonia acordaron por su parte que hasta fines de año renunciarán a seguir recibiendo petróleo ruso por oleoductos, y con ello el embargo acabaría por afectar “al 90%" de las importaciones de crudo de Rusia en la Unión Europea.
Aunado al embargo parcial del petróleo de Rusia, la alianza de países europeos anunció que el principal banco ruso será excluido del mecanismo SWIFT.
Asimismo, los líderes acordaron enviar a Ucrania nueve mil millones de euros (cerca de nueve mil 630 millones de dólares) para apoyar a su economía en medio de la invasión rusa y la inclusión de nuevos nombres en la lista de funcionarios rusos sancionados.
Poco antes de estas nuevas medidas, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski, hizo un nuevo llamado a poner fin a todas las rencillas en territorio europeo con el fin de llegar a acuerdos unánimes. “Europa debe mostrar su fuerza, ya que Rusia solo entiende la fuerza como argumento”, declaró en una videoconferencia.