Convencido de que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) necesita consolidarse a nivel mundial, el doctor Raúl Juan Contreras Bustamante, director de la Facultad de Derecho consideró que la autonomía universitaria es la “conquista” más importante por preservar en el marco del año electoral que se aproxima.
En entrevista para ejecentral, el aspirante a dirigir la rectoría de la ‘Máxima Casa de Estudios’ subrayó que la persona que llegue a dicha responsabilidad debe evitar que en 2024 la Universidad se convierta en un “campo de batalla electoral” o en “la plataforma para la propaganda de algún partido, de algún candidato o candidata”.
La universidad necesita seguirse consolidando como una institución de clase mundial, que puede demostrar que es posible dar educación masiva y al mismo tiempo de calidad y de excelencia”, es uno de los principales retos para el abogado que formó parte del equipo de campaña que respaldó al jurista Jorge Carpizo MacGregor como rector de la institución.
Impulsado por su consejo técnico y los colegios de profesores que en su “muy satisfactoria” respuesta no sólo aprobaron su participación en el proceso para renovar la Rectoría de la UNAM, “sino que me dijeron que era mi obligación participar”, el dos veces director facultad se visualiza logrando que la Universidad se ubiqué dentro de las primeras 50 en el mundo.
Ha llamado a ‘cerrar filas’ en defensa de la autonomía de la UNAM ¿ve mayores riesgos en ese sentido?
La autonomía universitaria es una conquista que se ha venido manteniendo, que se ha venido fortaleciendo y que tenemos que preservar porque es el atributo más importante que tiene la universidad para cumplir con sus objetivos.
A lo largo de la historia de la universidad la autonomía siempre ha tenido diversas épocas en donde tiene que ser defendida por los universitarios. No estamos viviendo una época inusual eso es común que desde afuera se intente participar en los procesos internos o influir en ellos, pero la universidad siempre ha sabido salir a adelante y yo creo que esta vez no será la excepción.
Tengo confianza en que los universitarios están muy conscientes del valor de la universidad y precisamente cuando fui a mi consejo técnico y a mis colegios el principal mandato que me dijeron es que la próxima persona que ocupe la rectoría tiene que ser ante todo un ferreo defensor de la autonomía.
¿Qué pendientes arrastra la UNAM?
La universidad necesita seguirse consolidando como una institución de clase mundial, que puede demostrar que es posible dar educación masiva y al mismo tiempo de calidad y de excelencia. El otro gran reto es que la universidad debe seguir respondiendo de manera eficiente y eficaz a la sociedad porque confía en que la docencia que se imparte en la universidad es el gran factor de justicia social y el gran elevador social -hay que destacar que el 80% de los alumnos que vienen a la universidad vienen de familias de escasos recursos-.
“La universidad tiene que seguir democratizándose en ese sentido y permitir que solamente puedan entrar a la universidad en condiciones de igualdad todos aquellos alumnos que muestren que tienen las capacidades sin que haya influencias, sin que haya privilegios de clase y que todos lo que entran a la universidad es porque se lo han ganado y porque lo merecen”, subrayó el catedrático con 34 años ininterrumpidos de docencia.
En ese sentido apuntó que el papel que tiene que desempeñar la universidad para ayudar a que esos jóvenes que puedan tener una mejor calidad de vida, superar sus condiciones adversas y ayudar a su familia ha sido un reclamo social. “Una demanda muy grande porque hace muchos años que el gobierno no ha invertido en crear más instituciones de educación superior de carácter público importantes”.
Y una vez dentro de la institución, no debe haber ninguna regla o política que los discrimine por cuestiones de género, de preferencias sexuales, por origen o por discapacidad. “Las personas con alguna discapacidad a veces tienen problemas de movilidad, y la universidad tiene que estar trabajando para generar esa democratización para que todos los que entran sepan que tienen las mismas oportunidades”.
Desde Jorge Carpizo no ha habido un rector emanado de la Facultad de Derecho, ¿por qué es importante tener a un abogado al frente de la Rectoría?
Creo que el contexto nacional que se vive caracterizado por la inseguridad, la violencia, la desigualdad social, la corrupción y la impunidad, requiere de la reconstrucción del estado de derecho afuera, y adentro los problemas fundamentales que ha vivido la universidad en los últimos años pasan por el tema del derecho.
Entonces la persona que ocupe la rectoría sea de formación jurídica, de que tenga experiencia en materia administrativa, materia legal, en materia gubernativa y que pueda resolver los problemas importantes que hay. Que evite que el año que entra la universidad se convierta en un campo de batalla electoral, que se convierta en una plataforma para la propaganda de algún partido de algún candidato o candidata.
Hay que mantener una relación armónica, respetuosa con el gobierno actual que termina hasta el 30 de septiembre, y luego, el rector o la rectora que esté al frente de la universidad tendrán que sentarse con el nuevo gobierno a establecer las relaciones que determinaran la vida de los próximos seis años de la universidad.
¿Cuál es su apuesta en caso de llegar, el plan de trabajo que tendría en caso de ser elegido?
Hice un programa de trabajo basado en siete ejes, el primero el más esencial: ser un defensor de la autonomía; una administración que se caracterice por la transparencia y la rendición de cuentas; una rectoría que promueva la activación, la actualización.
La apuesta al día de la legislación universitaria, por ejemplo, no tenemos legislación en materia de protección de víctimas, los directores de las escuelas no tienen facultades legales para emitir medidas cautelares. Estoy proponiendo que la universidad, que hoy está ubicada en el lugar 93 del mundo, dentro de cuatro años esté en las primeras 50.
“Me dicen que si no soy demasiado optimista y les digo que no. Hay varias carreras de ciencias sociales y de humanidades que ya están clasificadas dentro de las primeras 30 del mundo, como la carrera de derecho que está en el lugar 26. Con un buen programa de coordinación, de trabajo y de esfuerzos podemos seguir impulsando a que la universidad siga teniendo mejores clasificaciones a nivel internacional”.
Su legado al frente de la facultad
Cuando yo entré a la Facultad de Derecho no ocupa un lugar entre los primeros 100 del ranking mundial y hoy la Facultad de Derecho es la número 26 del mundo y está catalogada como la más importante facultad de derecho de habla hispana.
Estoy atendiendo al 40% más de alumnos de los que había en 2016 y prácticamente con el mismo presupuesto; ha sido la única facultad que en casi ocho años no ha suspendido un solo día de actividades, no hemos padecido paros, no hemos tenido interrupciones violentas ni que provengan de la comunidad ni de fuera. Así que son cosas que le llenan a uno de satisfacción porque es el compromiso más importante que he tenido en mi vida.
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