MOSCÚ, Rusia.- Rusia conmemora de forma austera el centenario de la Revolución de Octubre, evento político crucial del siglo XX, ya que el Kremlin teme dar una imagen positiva o alentar un cambio de régimen por la fuerza. La revolución siempre aporta sangre, muerte, destrucción y desastres, y los rusos conocen el valor de la estabilidad, declaró uno de los responsables de la conmemoración del centenario, Serguei Naryshikn, director del Servicio de Inteligencia Extranjera (SVR) y presidente de la Sociedad Rusa de Historia. En 2016, Naryshikn fijó la línea a seguir durante el centenario de la revolución: “este aniversario no está hecho para organizar acontecimientos solemnes o para festejar, sino para sacar lecciones”. Mientras el aniversario de la Revolución era celebrado por todo lo alto durante la era soviética, con un inmenso desfile militar en la plaza Roja el 7 de noviembre (el 25 de octubre del calendario juliano en vigor en 1917), este año el programa del centenario es mucho más modesto. Las pocas conmemoraciones para el gran público serán, según las autoridades, la ocasión para resaltar la unidad nacional y la reconciliación, evitando tratar los temas sensibles. Están previstas cientos de manifestaciones, conferencias, mesas redondas, exposiciones o festivales, que abordarán los acontecimientos contradictorios de 1917, según el copresidente del comité, el historiador Anatoli Torkunov. El comité creado para las celebraciones refleja la prudencia del presidente Vladimir Putin en el tema: incluye a personalidades independientes y críticas del poder, ministros y responsables de la Iglesia ortodoxa; sin embargo, no hay ningún miembro del Partido Comunista actual o representante de la tendencia monárquica. En 1917, Rusia atravesó una serie de episodios revolucionarios que provocaron la caída del último zar, Nicolás II, en marzo, y siete meses más tarde la toma de poder de los bolcheviques, dirigidos por Lenin, que crearon en 1922 la Unión Soviética sobre las ruinas del imperio ruso. Un siglo más tarde, la herencia de esa revolución no es simple de llevar en un país que avanza poco en sus labores de memoria y todavía muy marcado por 70 años de régimen soviético (Foto: Natalia Kolesnikova / AFP). MR