Un nuevo tiroteo en Búfalo, Nueva York, volvió a encender el debate sobre el control de armas en Estados Unidos, pero el problema podría seguir aumentando debido a un factor distinto: el auge del odio racial y el supremacismo blanco, lo que a su vez podría explicar el aumento de este tipo de ataques en supermercados y tiendas de comestibles.
Un estudio hecho por un equipo de criminólogos encontró que desde 2019, los ataques con estas características han aumentado, empezando con un tiroteo de agosto de ese año en un Walmart en El Paso, Texas, en donde murieron 23 personas, la mayoría de ellas de minorías raciales y étnicas.
Desde entonces, se han registrado al menos otros tres tiroteos cuyos responsables apuntaron a algún sector poblacional minoritario como judíos, afroamericanos o hispanos, hasta representar el 13% de todos los ataques registrados en los últimos años.
Según la base de datos de los investigadores, publicada en The Violence Project, el odio racial es una característica de aproximadamente el 10% de todos los tiroteos públicos masivos, pero cuando se trata de ataques en tiendas minoristas, el porcentaje llega al 13 por ciento. Esto se explica al tener en cuenta que estos establecimientos, por su naturaleza, pueden ser frecuentadas predominantemente por un grupo racial determinado.
Los autores destacan que el 22% de los responsables de tiroteos con fines racistas dieron a conocer claramente sus intenciones a través de la divulgación de “manifiestos” o incluso videos, y
cerca del 50% anunciaron sus planes en foros de internet o redes sociales.