Desde su aparición, las monedas virtuales fueron vistas como una valiosa herramienta para facilitar las transacciones en internet y evitar los cargos excesivos, pero ahora, a varios meses de su aparición, se encaminan al colapso. The Conversation detalló que bitcoin y ethereum, las divisas más conocidas, han caído más del 55% en medio año, y actualmente muchos especialistas piden una regulación de estas y otras monedas.
Cabe destacar que monedas como bitcoin fueron pensadas para ser usada independientemente de los gobiernos y los bancos, pero en la realidad, los inversores sí trabajan bajo la geopolítica actual, y en el contexto de la guerra entre Ucrania y Rusia, los especialistas están eliminando las fuentes de riesgo de sus carteras, lo que incluye a las divisas virtuales.
Otro de los motivos por el que su uso comienza a decaer es la energía que requieren. Bitcoin tiene una huella de carbono anual de alrededor de 114 millones de toneladas, lo que equivale a 380 mil lanzamientos de cohetes espaciales, según The Conversation.
Este gasto de energía afecta en mayor medida a comunidades pobres y vulnerables, ya que los equipos usados para la minería de monedas virtuales aprovechan su inestabilidad económica, regulaciones débiles y el acceso a energía barata para sus objetivos, lo que además de poner la carga en estos lugares, agrava el actual problema de calentamiento global.