A nueve horas del asesinato de, hasta ahora, 20 personas y seis heridos, en Zinapécuaro, Michoacán, sin que se conozca aún la identidad de las víctimas, y con un equipo de investigación federal en camino, el presidente Andrés Manuel López Obrador admitió que se trató de una masacre, aunque aseguró que fue un ataque entre delincuentes.
“Fue una masacre de un grupo contra otro en un palenque clandestino donde estaban, y llegaron y ahí balacearon a los asistentes, y hubo desgraciadamente muchos muertos”, explicó en la mañanera el mandatario, después de que el ataque ocurriera alrededor de las 22:30 horas del domingo.
Al preguntarle un reportero “¿quién contra quién?, López Obrador aseguró que se trata de “las bandas que están ahí operando, pero ya salió un equipo para allá para la investigación y para atender el tema”.
PUEDES LEER: Michoacán exhibe fallas en plan de seguridad
Hasta ahora, la Fiscalía del estado sólo ha reportado que se encontraron más de 100 casquillos percutidos de calibre 7.62, en un inmueble del barrio Las Tinajas, muy cerca de la carretera federal que une Zinapécuaro con Acámbaro, Guanajuato, donde había la noche del domingo un palenque de gallos clandestino.
Según las primeras versiones del caso, al lugar llegó un grupo hombres armados —del que se desconoce el número— con rifles de asalto que irrumpió en el lugar y disparó contra los asistentes. Quedaron tendidos 16 hombres y tres mujeres, y los cuerpos de emergencia atendieron a varios heridos.
Por los primeros indicios, el ataque fue planeado y debió ser un grupo amplio del que una de sus células robó un autobús de pasajeros —a los que hicieron descender—, y una camioneta de carga, para bloquear por más de una hora, una de las carreteras más importante de acceso a Zinapécuaro.
Hasta el cierre de esta edición no ha sido detenido alguno de los involucrados, solamente asegurados 15 vehículos en el lugar, en esta que sería la segunda masacre en Michoacán en marzo.
El gobernador michoacano, Alfredo Ramírez Bedolla, aseguró que esto “tiene que ver también, porque estamos rompiendo con inercias del pasado y estamos viendo reacciones violentas, precisamente por grupos de la delincuencia organizada”.
El mandatario local lleva cinco meses en su cargo, y a su llegada aseguró que se estaban investigando la gestión de su antecesor Silvano Aureoles, sin que hasta el momento se hubieran formulado acusaciones penales; sin embargo, esta mañana en conferencia de prensa, aseguró que el gobierno del estado “ya no está sometido a la delincuencia”, pues se ha “ha cortado de tajo” con cualquier pacto con delincuentes, en clara alusión al pasado.
ES DE INTERÉS |