Desconocidos armados abrieron fuego contra decenas de personas que presenciaban peleas de gallo en un palenque, a quienes causaron al menos cinco muertos y una veintena de heridos, en un hecho sucedido en Petatlán, región de la Costa Grande de Guerrero.
En Chilapa, en la Montaña Baja, un atentado similar causó la muerte de tres mujeres que participaban en un rezo comunitario en uno de los barrios más antiguos de esa cabecera municipal de extracción indígena.
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Estos atentados se suman al choque armado ocurrido el jueves pasado en el municipio de Tlacotepec, en la parte alta de la Sierra Madre de Sur, donde 9 hombres fueron asesinados y sus cuerpos calcinados por sicarios de La Familia.
En el primer caso, que se asemeja mucho a un ataque terrorista, la madrugada de ayer algunas decenas de personas asistían a un espectáculo de pelea de gallos ,muy populares en esta región, cuando sujetos armados arribaron al lugar y dispararon contra los asistentes, lo que causó pánico
generalizado.
Según versiones de testigos, los tiradores abrieron fuego sin ningún motivo contra las personas asistentes al evento, a las que causaron al menos cinco muertos.
De acuerdo con fuentes policiacas, se reportan unas veinte personas heridas que, la mayoría, optó por escapar del lugar con sus propios medios. La Fiscalía General del Estado, como acostumbra, solo dio a conocer un boletín en el que dice estar investigando los hechos para deslindar responsabilidades.
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Violento Guerrero
En el caso de Chilapa, el crimen ocurrió cuando las tres mujeres, que son familiares entre sí, entraban a la iglesia del Calvario en el barrio del mismo nombre.
La mujeres participarían en un rezo comunitario que se acostumbran en los pueblos náhuatls para honrar los santos patronos. La FGE ya investiga los hechos de sangre.
En el mismo tenor, la dependencia dijo estar investigando el choque armado ocurrido en Buenavista de Los Hurtado, en lo alto de la sierra; donde 9 hombres fueron abatidos por sicarios de La Familia, que posteriormente divulgaron un video en redes sociales donde se observa cómo acomodan cuerpos calcinados en la batea de una camioneta.
Según la version de los criminales, los abatidos eran en realidad sicarios al servicio de Onésimo Marquina, jefe de los llamados Tlacos, otra banda criminal que mantiene una disputa contra La Familia.
Estos tres incidentes criminales sacudieron a las estructuras de seguridad, especialmente de la Guardia Nacional que mantiene más de diez mil hombres en Guerrero. El gobierno del Estado no ha emitido ninguna postura sobre los hechos.
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