En un comunicado conjunto, dos organismos internacionales señalaron esta tarde que, por un lado, el edulcorante no calórico aspartamo es un probable cancerígeno, pero que al respecto “la evidencia es limitada”. Por otro lado, se destacó que, incluso en caso de que realmente sea cancerígeno no es necesario limitar su consumo.
La primera postura es del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), el cual clasificó el aspartamo en el Grupo 2B de su clasificación, el cual indica que es “posiblemente carcinógeno para los seres humanos”, pero que se tiene “evidencia limitada” de ello en seres humanos y “evidencia insuficiente” en animales experimentales.
A lo anterior, el CIIC agrega que también existe “evidencia limitada” en relación con los posibles mecanismos por los cuales el aspartamo provocaría cáncer.
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Por su parte, el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), concluyó que los datos evaluados indicaban que no había razón suficiente para cambiar la ingesta diaria admisible que ya está establecida de cero a 40 miligramos de aspartamo por cada kilogramo de peso corporal.
Esto significa que si una lata de refresco dietético contiene 200 miligramos de aspartamo, un adulto que pese 70 kilos necesitaría consumir más de 14 latas al día para exceder la ingesta diaria admisible; si la lata tiene 300 miligramos, el límite sería de nueve latas.
Los organismos, en el comunicado conjunto, señalan que efectuaron sus análisis sobre la posible peligrosidad del aspartamo de manera independiente, y que esta es la primera vez que el CIIC evalúa la sustancia, mientras que para el JECFA es la tercera vez.
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