Xavier Olea, fiscal de Guerrero, aseguró que Germaín Muñiz García, uno de los dos sacerdotes asesinados en la madrugada del lunes en la carretera Taxco-Iguala, convivió con delincuentes horas antes del ataque tomándose fotografías y portando armas de fuego, ante lo cual grupos lo ligaron a sus oponentes, ante lo cual los ejecutaron.
“Grupos contrarios ubicaban al padre Germaín como perteneciente a un grupo delictivo en razón de las fotografías y notas que circularon en redes sociales del sacerdote Germaín Muñiz García, lo que desató el ataque”, informó el funcionario estatal.
En conferencia de prensa, el funcionario local dijo que durante el baile al que acudieron los curas con un grupo de personas, se llevó a cabo en la comunidad de Juliantla, perteneciente al municipio de Taxco, donde no hubo seguridad ni municipal, ni estatal debido a que los organizadores no lo solicitaron, lo que permitió que los asistentes portaran armas de grueso calibre. Y tres grupos delincuenciales de Guerrero, Morelos y el Estado de México, asistieran.
Según la hipótesis de las autoridades, Muñiz García había sido fotografiado portando armas de fuego de grueso calibre y en compañía de un grupo armado vinculado a un grupo delictivo con operaciones en Mezcala, Carrizalillo, Taxco, Taxco El Viejo y parte de Iguala.
“De las investigaciones, así como, de testimonios vertidos por personas que acudieron a dicho baile, se tiene conocimiento que existió un conflicto durante el baile, de diversas personas con el grupo de personas que acompañaban a los sacerdotes Germaín Muñiz García e Iván Añorve Jaimes. De lo que se desprende la existencia de un conflicto previo”, presume la dependencia.
La Fiscalía guerrerense solicitó el apoyo de la Fiscalía General del Estado de México ya que se cree que los victimarios de los curas son procedentes de dicha entidad federativa. RB