Con el vicealmirante Carlos Ignacio Velázquez Tiscareño en la dirección del Aeropuerto de la Ciudad de México, llegó la guillotina.
En menos de una semana ya despidieron casi a una decena de funcionarios de la terminal aérea, la mayoría con vínculos con el exdirector Carlos Morán Moguel, y con otro extitular, Gerardo Ferrando Bravo.
Lo más llamativo es que los despidos alcanzaron a personas que, desde el principio de la administración, lograron colarse por ser gente cercana al exsecretario de Comunicaciones, Javier Jiménez Espriú.
O sea, dicen los que saben que de ese tamaño es el enojo del jefe de Palacio Nacional, al costo de limpiar tooodo y arreglarlo.
Pero un personaje al que han puesto el ojo en especial es a Jordi Messeguer Gally, quien fue secretario de don Gerardo y al que le detectaron varios negocios poco claros. En lugar de todos los corridos llegará personal de la Marina.