Arrancan los octavos de final de la Champions League
El martes se enfrentará RB Leipzing y Liverpool, además FC Barcelona y París Saint-Germain
Zonas de penumbra en medio
del
brillo de las estrellas: el partido de gala Barcelona-PSG, el martes en el inicio de los
octavos
de final, irradia el brillo de una Liga de Campeones que sigue amenazada por la pandemia de la Covid-19
y
por un proyecto de ‘Superliga’ reservada sólo a los más poderosos.
El himno de la
Champions
sonará para dieciséis clubes aún en liza, el martes
y
el miércoles
y
después la semana siguiente, pero los aficionados no podrán escucharlo más que a través de sus televisores en estos tiempos de estadios cerrados por la crisis sanitaria.
Pero la falta de ambiente no eclipsará el brillo de las estrellas que se volverán a ver las caras en el FC Barcelona-París SG, cuatro años después de la improbable ‘remontada’ (0-4, 6-1) infligida en 2017 por el club catalán a los actuales subcampeones de Europa franceses.
La mejor versión
del
séxtuple ganador de Balón de Oro Lionel Messi se espera en el Camp Nou en un gran partido. El argentino no se verá eclipsado por otros astros, como Neymar o Ángel Di María, ambos baja por lesión con el conjunto parisino, que fiará todo a los cambios de ritmo de su delantero Kylian Mbappé.
El miércoles, Cristiano Ronaldo
regresa
a su Portugal natal para desafiar a los ‘Dragones’
del
Oporto con la Juventus de Turín.
Al mismo tiempo, el Sevilla de Julen Lopetegui recibirá al Borussia Dortmund con la moral por las nubes luego de nueve victorias consecutivas entre todas las competiciones.
Budapest como plan B
Pero la UEFA cruza los dedos para que la Covid-19, aún más amenazante con sus variantes británica, brasileña o sudafricana, no estropee la fiesta.
La instancia rectora
del
fútbol en Europa ya se había visto obligada a adaptar la reanudación de esta edición de la Liga de Campeones para hacer frente a las restricciones de circulación drásticas impuestas en Alemania, país que situó a cuatro de sus representantes en
octavos
de final.
De esta forma, Budapest pasó a ser sede del partido de ida el martes entre el Leipzig
y
el Liverpool, y
del
choque entre el Borussia Mönchengladbach
y
el Manchester City.
El atractivo partido entre el Atlético de Madrid
y
el Chelsea, que iba a disputarse en la capital española, fue trasladado a Bucarest (Rumanía).
Y posiblemente surgirán dudas en torneo al desplazamiento
del
Bayern de Múnich a Roma para enfrentarse a la Lazio, o al
del
Real Madrid a Bérgamo, también en Italia, para visitar al Atalanta.
¿Superliga, o Superfarol?
A medio plazo,
y
mucho más allá de la crisis sanitaria, es el riesgo de una secesión de los clubes más poderosos para formar su propia liga privada lo que preocupa a la UEFA.
Enemigo latente
del
fútbol europeo desde hace una veintena de años, el espectro de una ‘Superliga’ resurgió el pasado otoño (boreal) por medio
del
presidente dimitido
del
FC Barcelona Josep Maria Bartomeu, quien confirmó las conversaciones al respecto.
Según varios medios, este lucrativo proyecto inspirado en las ligas norteamericanas (NBA, NFL, NHL...) podría congregar a una veintena de equipos de los principales campeonatos, con play-offs al final de la temporada,
y
el Real Madrid, el Barça
y
el Manchester United estarían entre sus promotores.
El aval de los clubes alemanes parece más improbable, al igual que el
del
PSG o de la Juve.
Aunque nada permite descartar que se trate de un farol, la UEFA
y
la FIFA tomaron la delantera en enero con las amenazas de prohibir de sus propias competiciones a todo jugador que participe en una Superliga.
Al mismo tiempo, la confederación europea aceleró los trabajos sobre la nueva fórmula de la Liga de Campeones a partir de 2024: según fuentes coincidentes, el paso de 32 a 26 equipos
y
la desaparición de la actual fase de grupos, sustituido por una mini liga en que cada equipo se enfrentaría a otros diez equipos, antes de los
octavos
de final.
Basado en el ‘sistema suizo’ de los torneos de ajedrez, este formato aumentaría el pastel de los derechos de televisión
y
crearía más choques entre los grandes clubes desde los primeros meses de la competición -el principal argumento de la
Superliga-, pero al precio de una saturación aún más loca
del calendario.
“El desafío real para el futuro será el calendario de partidos internacionales, el equilibrio a encontrar entre el fútbol de selecciones
y
el fútbol de clubes”, advirtió el presidente de la FIFA Gianni Infantino la semana pasada en declaraciones a la AFP.
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