Los iraníes votaban este viernes en elecciones legislativas en las que los conservadores parten como favoritos debido al resentimiento de buena parte de la población hacia el presidente moderado Hasan Rohani, sobre todo por la crisis económica y la corrupción.
Los colegios electorales abrieron a las 8H00 (4H30 GMT) y el guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, votó a primera hora, como acostumbra hacer.
Jamenei reiteró su llamamiento a que unos 58 millones de electores participen masivamente para “garantizar el interés nacional” y a que voten “cuanto antes”.
Por el momento, tras tres horas de votación, cinco millones de personas depositaron su sufragio, informó el ministerio del interior.
Los votantes formaban largas colas en los colegios electorales en el sur de Teherán, donde los conservadores tienen una sólida base de apoyos. En los barrios exclusivos del norte se veían en cambio menos electores.
Un funcionario acusó a los enemigos de
Irán
de exagerar un brote del nuevo coronavirus en el país --que ya se ha cobrado cuatro vidas esta semana-- en un intento por dañar la credibilidad de las elecciones.
“La última maniobra de los contrarrevolucionarios fue exagerar las noticias sobre el coronavirus diciendo que la tinta [que se usa para votar] había sido contaminada”, dijo Shokrollah Hassanbeygi, jefe de la comisión electoral, citado por la agencia semioficial ISNA.
La undécima legislatura que saldrá de las urnas desde la revolución islámica de 1979 arrancó además en un contexto de tensiones exacerbadas entre Teherán y Washington y de gran recesión en el país.
Las elecciones se celebran casi mes y medio después de que las fuerzas armadas iraníes derribaran “por error” un avión ucraniano.
Inicialmente las autoridades civiles negaron tener nada que ver pero tres días después, el Estado Mayor reconoció su responsabilidad.
Este reconocimiento tardío desató algunas manifestaciones contra los gobernantes, haciendo añicos la aparente unidad nacional manifestada días antes en el funeral del general iraní Qasem Soleimani, muerto por un ataque estadounidense en Irak el 3 de enero.
En Teherán, muchos habitantes afirmaron a la AFP que se niegan a votar.
Para Amir Mohtasham, de 38 años, sin empleo desde hace dos años, “estas elecciones son en vano”. “No confío en los conservadores ni en los reformistas”.
“Sin mi voto”
Mohamad, un comerciante de alfombras de 30 años, dice haber “votado por Rohani con un sueño”. “Pero no hemos logrado nada [y] hay demasiadas mentiras”, agrega. “Si votar es legitimar, entonces será sin mi voto”.
El reformista Sadeq Zibakalam, profesor de la Universidad de Teherán, escribió el jueves en el periódico Arman que “el cambio esperado no ha tenido lugar”.
Como el regulador electoral prohibió que miles de posibles candidatos reformistas y moderados se presentasen a los comicios, la votación quedó reducida prácticamente a un duelo entre conservadores y ultraconservadores, lo cual podría alimentar la abstención.
Dependiendo del peso de los ultraconservadores en la futura Asamblea, la política exterior de apertura, aplicada por Rohani desde su elección en 2013, podría cambiar.
Los ultraconservadores se oponen a cualquier negociación con Occidente y acusan a Rohani de ser pasivo ante las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump.
Además están ansiosos por salir del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní alcanzado en 2015 en Viena, amenazado desde que Trump se retiró unilateralmente de él en 2018.
Rohani esperaba que el acuerdo de Viena abriera una era de prosperidad para Irán, sacándolo de su aislamiento internacional.
Pero las sanciones estadounidenses a raíz de la decisión de Trump sumió al país en una recesión.
Posible victoria de ultraconservadores
Algunos reformistas alertan de una posible victoria de los ultraconservadores si la abstención es alta.
La abstención “aumentará la posibilidad de una agresión militar”, afirmó en Twitter Hesamedin Ashena, un asesor de Rohani que pidió a los iraníes que voten.
Después de que el Consejo de los Guardianes, un órgano en manos de los conservadores encargado de controlar las elecciones, descartara a muchos aspirantes, menos de 7.200 candidatos se presentan para los 290 escaños del Parlamento, según el ministerio del Interior.
Washington anunció este jueves sanciones financieras, esencialmente simbólicas, contra cinco altos cargos del Consejo de los Guardianes, y denunció “la manipulación de elecciones para favorecer la agenda maligna del régimen”.
“El régimen estadounidense ha demostrado [mediante estas sanciones] que no le importa nada la democracia y que prefiere los regímenes dictatoriales de la región”, reaccionó el portavoz de esta institución, Abas Ali Kadkhodai.
La participación en las últimas diez elecciones rondó el 60,5%, según el ministerio del Interior.
Kadkhodai afirmó el miércoles que una participación inferior al 50% “no plantearía un problema para la democracia”.
Los colegios electorales deben cerrar a las 18H00, pero el tiempo de votación se suele prolongar, especialmente en Teherán.