En 2014 fueron detenidos cuatro integrantes de un grupo criminal que operaba en Ecatepec y Tecámac con protección de policías, ellos se atribuyen la muerte de al menos 35 mujeres en esos municipios del Estado de México. De acuerdo con el Diario REFORMA, que tuvo acceso a las carpetas de investigación del caso, la banda operó entre 2011 y 2012, era encabezada por un ex militar de nombre Erick San Juan Palafox, quien fue sentenciado a 70 años por el delito de feminicidio, y contaba con menores de edad en sus filas. En la indagatoria, los detenidos indicaron que sus víctimas, la mayoría adolescentes, fueron reclutadas para que distribuyeran droga que San Juan Palafox conseguía de operativos en los que participaba con el Ejército. De acuerdo a las declaraciones de una fuente allegada a la investigación, policías estatales del Estado de México fueron clientes de la banda y le brindaron protección. Una red tejida por San Juan Palafox. En las declaraciones ministeriales, los ahora detenidos identifican al policía estatal José Ramón Hernández Lara como quien incluso participó en la violación de algunas víctimas, además de utilizar su patrulla para deshacerse de los cadáveres. Después de que las mujeres eran utilizadas para vender drogas, como mariguana y cocaína, además de ser explotadas sexualmente, eran violadas y asesinadas, revelaron. Los cuerpos de las mujeres asesinadas, detallaron fueron tirados en el Gran Canal y en Río de los Remedios y para que no flotaran, los cadáveres eran abiertos para introducirles cemento. Daniel J., otro implicado, menor de edad cuando se cometieron los delitos, señaló que algunas de las víctimas eran contactadas por Facebook, mediante cuentas de los integrantes de la banda. Autoridades estatales expusieron que sobre los policías identificados por los ahora detenidos, dejaron de saber de su paradero una vez que tomaron conocimiento de las declaraciones asentadas en las carpetas de investigación.
Más de 200 feminicidas prófugos
Hace año y medio Laura Velázquez visitó el Servicio Médico Forense de Nezahualcóyotl para encontrar a su hermana, quien cuatro días antes había sido víctima de feminicidio en Chimalhuacán, Estado de México. Diana, la víctima, salió de su casa el 2 de julio del 2017. Después de varias horas no volvió a casa lo que preocupó a sus familiares. La estudiante había sido violada y asfixiada, pero a casi dos años de su muerte, las autoridades mexiquenses no tienen pistas de quién pudo ser el responsable. El caso de Diana es similar al de muchas otras víctimas, de acuerdo con información obtenida a través de transparencia en total hay 244 ordenes de aprehensión contra presuntos feminicidas que aún no han sido ejecutadas, a pesar de que algunas se giraron desde hace cinco años. El estado de Jalisco es donde más se ha presentado esta situación; en total se han dado a la fuga 42 personas señaladas por matar a una mujer de manera violenta. Sobre este tema, las autoridades judiciales tapatías informan que ha sido imposible realizar las detenciones “por carecer de datos para la localización y captura de los imputados”. A esa entidad le siguen Guanajuato con 41 casos; Sinaloa, con 29; la Ciudad de México, con 23; Tabasco, con 21; Hidalgo, con 21; Morelos, con 16; Puebla, con 14; Veracruz, con 9; Tamaulipas, con 8; Coahuila, con 7; Baja California, con 6; Durango, con 4, y Quintana Roo con 3.
Violencia y machismo propician aumento de feminicidios: sociólogo
Las relaciones sociales cotidianas están basadas en la violencia, tanto en el ámbito doméstico como en el público que, al conjuntarse con aspectos como la marginación, la falta de educación y la discriminación, crean un caldo de cultivo para los feminicidios, dijo el sociólogo David Coronado. El jefe del Laboratorio de Violencia, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara, dijo que “por sí mismo, el feminicidio necesita de toda esta red que adquirimos en la educación. La idea de que la mujer es distinta al hombre, que es más débil, o que la noche les pertenece a los hombres y no a la mujer; todo eso es parte de esa educación machista que hemos recibido”. De acuerdo con ONU Mujeres, en México al menos seis de cada 10 mujeres mexicanas han enfrentado un incidente de violencia. 41.3 por ciento de ellas ha sido víctima de violencia sexual y nueve mujeres son asesinadas al día. En Guadalajara, seis de cada 10 mujeres señalaron que han sido miradas con morbo, o que les dijeron piropos ofensivos u obscenos de carácter sexual alguna vez en su vida, mientras recorría el Centro histórico. A 43.9 por ciento de las mujeres le recargaron el cuerpo con intenciones de carácter sexual y a 27.7 por ciento les mostraron los genitales con intención sexual, de acuerdo con un estudio realizado en 2017 por ONU Mujeres y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Iztapalapa. Coronado afirmó que el feminicidio es “indispensable” en una sociedad con altos índices de machismo como es la mexicana, porque “es una forma de mantenimiento del orden y del poder”, y ejemplificó con el número de gobernadores hombres que hay en el país comparado con el de mujeres que ocupan este tipo de puestos públicos. Aseguró que el feminicidio afecta a la población masculina como a la femenina, pues algunos hombres homosexuales también pueden ser víctima de este tipo de agresiones. El universitario explicó que otro de los peligros que acecha a las mujeres es la desaparición forzada, que en los últimos años se ha vuelto una práctica común y en la que están vinculadas redes de trata de blancas y explotación sexual. Recordó que las mujeres solteras tienen mayor probabilidad de ser privadas de la libertad y asesinadas que quienes están casadas, además de que hay un patrón de fenotipo ligado a este delito. “Es un dato que revela la red de poder, esa red de orden que confirma el poder que tienen los hombres y que la sociedad es absolutamente machista. Es decir, que para no ser desaparecida tienes que estar en la compañía de un hombre, o debes renunciar a ser una mujer independiente”, aseguró. Añadió, por último, que las instituciones públicas municipales y estatales deben de atacar el problema de género desde la jerarquía política institucionalizada, que es la misma que propicia que las mujeres sigan siendo un ente dominado.(Con información de El Universal, Reforma y Notimex) NM