Cuando el uso de ciertos antidepresivos comunes durante el embarazo se combina con un proceso inflamatorio aumenta el riesgo de que se produzcan alteraciones en el desarrollo neurológico de los bebés en formación, las cuales podrían llegar a durar toda la vida, como el autismo.
El equipo de investigación de la Universidad de Virginia que hizo el estudio que llegó a esta conclusión aclara en el reporte que se publica hoy en la revista especializada Brain, Behavior and Immunity que sus resultados no significan que las mujeres embarazadas deban dejar de tomarlos sin consultar a sus médicos.
“El estrés, la depresión y la ansiedad maternos que no se tratan pueden perturbar por sí solos el desarrollo neurológico de los hijos, lo que contribuye a resultados conductuales y cognitivos adversos”, escriben y añaden que los antidepresivos que funcionan por medio de la inhibición de la recaptación de serotonina son herramientas importantes para controlar la depresión y enfatizaron.
PUEDES LEER: Anticuerpos transmitidos en embarazo, más duraderos
En cambio, señalan que se requieren estudios adicionales para determinar cómo estos medicamentos, que se recetan al 80% de las mujeres embarazadas que necesitan fármacos para la depresión, pueden afectar a la madre y al niño y comprender mejor las interacciones de este tipo de medicamentos y la inflamación.
Por lo pronto, la investigación encontró que, en el curso de una infección, los inhibidores de la recaptación de serotonina pueden interactuar con el sistema inmunológico de la madre para producir una fuerte reacción inflamatoria en la conexión física entre la madre y el feto.
Estas reacciones inflamatorias se correlacionaron con cambios neurológicos detectados en los hijos.
En investigaciones anteriores se ha demostrado que las infecciones, los trastornos autoinmunes y otras condiciones que alteran el estado inmunológico de la madre durante el embarazo pueden afectar el desarrollo neurológico de la descendencia, por lo que el equipo de investigación cree que los antidepresivos, que también interactúan con el sistema inmune, podrían estar amplificando el efecto y haciendo permanentes los cambios cerebrales.
SIGUE LEYENDO |
