Sri Lanka, país de 22 millones de habitantes, está sumido en la peor crisis económica de su historia y tiene escasez de dólares para financiar sus importaciones, mientras que 85% de los productos farmacéuticos vienen del extranjero.
Es la tercera farmacia de Colombo que Dawood Mohamed Ghany visita en vano, desesperado por encontrar los medicamentos que su esposa, que sufre de cáncer, necesita.
“Es la primera vez que, durante su tratamiento contra el cáncer, no consigo encontrar sus medicamentos”, confía este hombre de 63 años.
Busca Pertuzumab, un tratamiento para el cáncer de mama de su esposa de 55 años.
"¿Qué hacer? Me siento impotente”, explica Ghany, al borde de las lágrimas. “Haré todo lo posible para salvarla”, afirma.
Todo el personal sanitario entrevistado por la AFP dice que los hospitales y farmacias del país carecen de medicamentos.
“En este momento estamos trabajando con un mínimo de reservas”, comenta en doctor Viraj Jayasinghe, pediatra del Hospital Estatal de Niños Lady Ridgeway en Colombo.
“Estamos preocupados por la seguridad de nuestros pacientes”, destaca.
El doctor Jayasinghe se ha manifestado como muchos otros médicos y trabajadores de la salud en todo el país para reclamar urgentemente medicamentos y material médico, como tubos endotraqueales para lactantes.
Sus pedidos de alarma fueron escuchados y se recogieron donaciones, pero la comunidad médica de Sri Lanka asegura que esto no cubre ni siquiera sus necesidades urgentes.
Según un grupo nacional de hospitales privados, el viernes se agotaron 70 medicamentos vitales, incluidos los anestésicos.
Su colega, el doctor Ananda Lamahewage, asegura tener esperanzas de recibir suministros pero, mientras tanto, retrasa algunas operaciones para atender solamente los casos más urgentes. MAAZ
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