En la madrugada de hoy, el director ejecutivo de la compañía biotecnológica estadounidense Moderna, Stéphane Bancel, dijo que las vacunas contra Covid-19 serán menos efectivas contra la variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV-2 de lo que lo han sido contra la variante Delta.
El comentario publicado en el diario británico Financial Times ocasionó una bajada drástica en los mercados bursátiles mundiales.
Bancel agregó que tomaría un par de semanas para tener datos sobre el rendimiento de las vacunas existentes contra la nueva variante y si causa enfermedad grave, pero que se necesitarán varios meses para ajustar las vacunas para abordarla, a diferencia de lo que han dicho otros productores de vacunas como BioNTech y el Instituto Gamaleya, que han dado pronósticos más optimistas para la adaptación de sus vacunas.
Horas más tarde se dio a conocer que el CEO de la biotecnológica alemana BioNTech, Ugur Sahin dijo que lo más probable es que Ómicron no cause enfermedad grave en personas vacunadas, in-
cluso en las que tienen meses de haber recibido la segunda dosis; aunque aclaró que es muy posible que la transmisión si aumente.
La argumentación de Sahin, dada en entre-
vista al diario The Wall Street Journal, destaca que hasta ahora se piensa que las vacunas serán menos eficaces contra Ómicron porque algunas de las mutaciones que tiene en la proteína espiga (S) han conferido a otras variantes la posibilidad de evadir en cierta medida a los anticuerpos. Sin embargo, agrega, la inmunidad no sólo depende de los anticuerpos.
Sahin explica que, además de anticuerpos, las vacunas generan otro tipo de inmunidad que depende de las células T asesinas. Este mecanismo reconoce a las células que han sido infectadas y las destruye. Hasta ahora, ninguna variante ha tenido mutaciones que le den capacidad de evadir este tipo de inmunidad.
Cabe añadir que este mecanismo de acción explica que las vacunas puedan impedir la enfermedad grave y la muerte aunque en ocasiones no sean tan eficaces para detener la transmisión; pues este último proceso requiere de impedir que se infecten las células, algo que, incluso sin mutaciones que permitan evadir anticuerpos, difícilmente ocurre en las partes superiores de las vías respiratorias.