Ante fracasos en la guerra, Rusia destituye a mando del ejército

14 de Noviembre de 2024

Ante fracasos en la guerra, Rusia destituye a mando del ejército

El ejército ruso anunció el nombramiento de un nuevo comandante para su "operación militar especial" en Ucrania

La acumulación de derrotas en la guerra en Ucrania ha dado lugar a inusuales estallidos de cólera en la élite rusa, todavía favorable a la intervención, pero desesperada por el silencio del ejército, con algunos pidiendo incluso la ejecución de mandos militares.

Hasta los reveses sufridos en septiembre, las críticas públicas al ejército eran escasas. Y como la ofensiva contra Ucrania se presentó como una misión patriótica sagrada, denigrar a las tropas pasó a ser punible con duras penas de cárcel.

Aunque nadie entre la élite rusa cuestiona los motivos de Moscú o el ataque al país vecino, las derrotas y los fallos en la movilización de cientos de miles de reservistas condujeron a figuras públicas, habitualmente dóciles con el poder, a atacar a la jerarquía militar.

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En este contexto, este sábado, el ejército ruso anunció el nombramiento de un nuevo comandante para su “operación militar especial” en Ucrania.

El general del ejército Serguéi Surovikin fue nombrado comandante del agrupamiento combinado de tropas en la zona de la operación militar especial” en Ucrania, anunció el ministro ruso de Defensa en Telegram.

Surovikin, de 55 años, es un veterano de la guerra civil en Tayikistán de los años 90, de la segunda guerra de Chechenia (años 2000) y de la intervención rusa en Siria, lanzada en 2015.

Hasta ahora, dirigía el agrupamiento de fuerzas “Sur” en Ucrania, según un informe del ministerio ruso, fechado en julio.

El nombre de su predecesor no se reveló oficialmente, pero según los medios rusos, se trata del general Alexander Dnornikov, otro veterano de la segunda guerra de Chechenia y comandante de las fuerzas rusas en Siria de 2015 a 2016.

La decisión se produjo tras una serie de derrotas en Ucrania.

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Las fuerzas de Moscú fueron expulsadas a principios de septiembre de la mayor parte de la región de Járkov, en el noreste.

La contraofensiva ucraniana permitió que Kiev recuperara miles de kilómetros cuadrados de territorio.

Las tropas rusas también perdieron 500 kilómetros cuadrados en la región de Jersón, en el sur de Ucrania.

Además, escaparon de ser rodeados en Limán, un importante centro logístico controlado por los ucranianos.

Una serie de contratiempos que llevó al dirigente checheno Ramzan Kadyrov a criticar, sobre todo, al mando militar; y a un alto responsable parlamentario, Andréi Kartapolov, a instar públicamente al ejército a “dejar de mentir” sobre sus derrotas.

El anuncio llegó el mismo día en que una explosión destruyó parcialmente el puente de Crimea.

Se trata de un golpe para el abastecimiento de esa península anexionada por Moscú y de las fuerzas rusas en Ucrania.

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