Así empezó la charla entre dos de nuestros clientes en el área de masajes. Dos políticos prominentes, uno de mediana edad y otro mucho más entradito en años. ¿Pero qué le das a esos mujerones que traes? -preguntó el joven-, muy sencillo –contestó- “asco y mucha lana”.
Las carcajadas al unísono salieron, incluso de nosotros que siempre estamos en silencio salvo cuando nos preguntan algo, y así fue. Nos preguntó el mayor: “¿A poco no? ni modo que quiera andar conmigo por otra cosa verdad? Además hasta parece profesión para ellas, piden dinero, casa, regalos y ¡uno las complace para que nos complazcan!”, ante eso sólo asentimos con la cabeza.
No lo había pensado pero es cierto, muchas nos esforzamos trabajando. Otras siguen estudiando; algunas más desarrollan su intelecto y todas o la mayoría, lo hacemos con ganas de salir adelante pero sobre todo de ser las mejores en lo que hacemos. Lamentablemente todo el esfuerzo que como género hacemos para lograr consolidarnos como sexo fuerte se va a la basura por la ligereza y frivolidad de muchas.
“Todo está en que sepas qué es lo que quiere y simplemente se lo das, así ni te arma rollo con tu vieja ni nada y la tienes para ti. Bueno a veces te ven la cara y no eres el único, pero para lo que las quieres las tienes” le indicó el cliente al otro.
“Es que lo malo es que luego me enamoro” dijo y enseguida el mayor soltó la carcajada y comentó, los juguetes son para jugar, “no para casarte con ellas” y el tema se cerró con ese comentario.
Al día siguiente atendí a una cliente que va para masaje reductivo -aunque debo decir ya no hay nada más que reducirle pues tiene un cuerpazo espectacular-. Le pregunté ¿cómo te pinta el año? Y contestó: “de maravilla, conseguí un novio nuevo”. Qué alegría, contesté.
Lo conocí en una fiesta de fin de año que hace un amigo que anda en la polaca cada año, me lo presentó una amiga y me dijo que tiene mucha lana y futuro en la grilla, pero además es muy simpático aunque lo malo es que fuma puro pero bueno, es un defecto pasable. ¿Y luego? Pregunté.
Pues me invitó un día después a comer y así, nos fuimos viendo, pero en navidad me regaló un dije de diamante amarillo precioso, es que es muy detallista, y lo seguí viendo. Le pregunté que haríamos para año nuevo y me llamó la atención que me dijera que comíamos pero que no podía recibir el año conmigo.
En la comida me dijo que estaba casado pero que realmente estaba ya divorciándose porque su mujer era malísima y estaba ahí sólo por sus hijos pero que ya está en trámite el divorcio sólo que su esposa no quiere firmar.
Pero entonces entendí un poco y le dije que no había problema que yo lo apoyaría. Es que imagínate, -me dijo-, si se divorcia ya seré yo quien esté con él y además me tiene tan consentida que me conviene. Así que ese día le di el sí y me trae como una princesa.
No sé que vaya a pasar pero estoy segura que pronto se casará conmigo.
Por supuesto alenté el comentario de mi clienta y le ofrecí buenos deseos pero realmente lo que pensaba era: típico, la historia de siempre, distintos personajes pero al final ellas adquieren lo que sea y aguantan hasta que esté en la cama con otra con tal de ser mantenidas. Ellos también siguen realizando esas prácticas porque les funcionan.
Lo bueno es que todas queremos la dignidad de la mujer, pero muchas de ellas contribuyen en que esto no ocurra.