Anaya, entre el odio y el coraje

jcrodriguez@ejecentral.com.mx Con el discurso pronunciado en el lanzamiento de su precandidatura, el panista Ricardo Anaya busca colocarse como un tercer polo electoral, apelando a los inconformes con el gobierno y a los malquerientes de Andrés Manuel López Obrador, consideraron expertos en estudios de opinión, quienes alertaron que las acusaciones de corrupción sí dañaron la imagen del queretano y que el voto antiPRI no es garantía de su triunfo.

Anaya va por los sectores que odian al PRI, que están enojados por el mal gobierno, la corrupción y la inseguridad. También está tratando de conquistar a los que tienen miedo de un triunfo de López Obrador”, consideró Roy Campos, director de Consulta Mitofsky. “Anaya está tratando de colocarse en medio de esos dos sentimientos”.

Federico Berrueto, director de Gabinete de Comunicación Estratégica, sostuvo que el discurso antisistema es muy taquillero, ya que puede atraer al 60% por ciento de la población cuyo ánimo social fluctúa entre el descontento y el desencanto. “Hasta el propio candidato del PRI debería abrazar la idea del cambio, si es que quiere mantenerse competitivo”. Pero Berrueto percibe un riesgo para los candidatos que apelan al antipriismo como fuente de votos, como es el caso de Anaya. “El PRI ya no es lo que era. Muchos creen que tiene apoyo, pero en realidad padece un enorme rechazo y desprestigio. Creer que basta ser antiPRI para ganar es un error. Tendrán que ir más allá en su rechazo al orden de cosas”. Francisco Abundis, director de Parametría, estimó que en México sí hay un amplio sector de la población que vota más por sus fobias que por sus filias, y a ese fue dirigido el mensaje de Anaya del domingo 10 de diciembre. Sin embargo, “ahí hay un problema con el emisor”, apuntó, pues el efecto del mensaje está condicionado a la opinión que la gente tiene de Anaya.

El golpeteo de El Universal ha sido muy dirigido y consistente, y desde luego que le ha hecho daño. Eso se demuestra, si se compara la intención de voto por partido, donde el frente opositor es competitivo, pero con los careos Anaya no está muy bien posicionado. Es muy difícil saber con la medición de noviembre si esa caída se debe al efecto Margarita o al efecto El Universal”, sostuvo Abundis.

La capa de personas que no simpatizan con ningún partido político y cuyo voto es volátil oscila entre 30 y 40 por ciento, apuntó Ulises Beltrán, director de la firma BGC, y agregó que todos los candidatos están apelando a ese nicho. En el caso de Anaya, dijo, su reto es diferenciarse de López Obrador, pues ambos se proclaman portadores del cambio. “Lo que hace Anaya, creo que muy inteligentemente, es deslindarse del PAN que no trajo el cambio que los mexicanos esperábamos. De ahí las críticas a los gobiernos de Vicente Fox y Calderón. Se tiene que colocar como un panista distinto a los que han gobernado para que le crean la idea de cambio”.

❝El PRI ya no es lo que era. Muchos creen que tiene apoyo, pero en realidad padece un enorme desprestigio. Creer que basta ser antiPRI para ganar es un error. Tendrán que ir más allá en su rechazo al orden de cosas ❞. Federico Berrueto, director de GCE

AMLO y Anaya cruzan acusaciones, comparten discursos

Francisco Pazos y Luis León franciscopazos@ejecentral.com.mx/ lleon@ejecentral La batalla que la coalición Por México al Frente tendrá directamente con Andrés Manuel López Obrador, sólo será en el terreno electoral, pues en el ideológico, al menos en el discurso, las coincidencias entre el tabasqueño y el precandidato Ricardo Anaya, son muchas. En el último año, el discurso que ha construcción Ricardo Anaya, quien se perfila para encabezar la alianza por el Frente, alcanza similitudes sustanciales al comparar las propuestas de ambos polos políticos. Incluso hay un gran parecido en los términos y las palabras que utilizan; así como el tono provocador y confrontativo. En una revisión que ejecentral hizo en el último año, sobre los temas que Anaya y López Obrador han presentado, se detectó que existen coincidencias de fondo en los temas centrales: corrupción, austeridad, manejo presupuestal, violencia, pobreza y atención a grupos vulnerables.

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