Pese a su avance, las inequidades en salud están relacionadas con los determinantes sociales, por lo que América Latina y el Caribe aún se caracterizan por amplias desigualdades sociales y de ingresos.
Un ejemplo se observa en la prevención del embarazo, al depender casi en su totalidad de las mujeres, lo que coloca a este grupo poblacional en una situación de desventaja. Aunque depende de la disponibilidad y popularidad de los métodos anticonceptivos, los que difieren de un país a otro, debido –entre otros factores– a la infraestructura de salud y la información existente. De acuerdo con un estudio publicado en julio pasado por la revista médica The Lancet, la esterilización femenina y la píldora siguen siendo los principales métodos de planificación familiar en América Latina y el Caribe.
Así, México como en la República Dominicana, casi 50% de su población femenina en edad reproductiva recurre a la esterilización como método anticonceptivo, ya sea a través de la ligadura de trompas y la extirpación del útero o bien, de los ovarios.
Aunque este método representa más de un tercio del uso de anticonceptivos en Guatemala, Venezuela y Colombia, una gran parte de las mujeres en edad reproductiva también recurre a otros métodos menos invasivos como las inyecciones y los anticonceptivos orales.
La vasectomía ausente
En Argentina, Brasil y Chile, las píldoras anticonceptivas constituyen el principal método para evitar un embarazo.
En su estudio, The Lancet remarca que la carga física de la anticoncepción está en las mujeres, al observar la proporción de hombres que se someten a la vasectomía, procedimiento muy impopular.
Por ejemplo, en México, la esterilización masculina representa 1.2% del uso de métodos anticonceptivos, mientras que en Venezuela, Perú, Argentina y Chile ni siquiera logra el uno por ciento.
Hacia la zona norte del continente observamos la misma desigualdad, pues en Estados Unidos y Canadá 8.2% y 9.5% de la población masculina, respectivamente, recurre a un método de esterilización. En tanto, 35.1% y 27.8%
de la población femenina acude a este método.
En todo el mundo, la proporción de mujeres en edad reproductiva que utilizan métodos anticonceptivos modernos aumentó del 28% en 1970 al 48% en 2019.