El exceso de gastos se ha convertido en la norma para las ciudades anfitrionas de los Juegos Olímpicos.
El mayor de los ejemplos lo podemos ver en Tokio, Japón, donde se calcula que el aplazamiento de los juegos durante un año ha costado 2.800 millones de dólares, es decir, dos tercios que se han pagado con fondos públicos y esto se suma a un proyecto que ya estaba muy por encima del presupuesto estimado.
Cuando Tokio se adjudicó los Juegos Olímpicos en 2013, el comité de la candidatura estimó un saldo total de 7.300 millones de dólares, cifra que fue revisada al alza hasta 12 mil 600 millones en diciembre de 2019, antes de su postergación, y posteriormente hasta 22 mil millones de dólares.
Según los diarios financieros Nikkei y Asahi, el costo final de la organización será en realidad de 28 mil millones de dólares.
De confirmarse, esta suma, convertiría a los Juegos Olímpicos de Verano los más caros de los últimos 50 años.
›La mayoría de las olimpiadas de Invierno y Verano, desde 1960, han superado el presupuesto en un promedio de 172%, variando del dos al 720% con costos reales que van de 22 millones de dólares a 21.9 mil millones de dólares.
Respecto a estas cifras, el Comité Olímpico Internacional (COI) respondió con un estudio de Preuß, Andreff & Weitzmann en el que se aseguró que todos los Juegos Olímpicos han alcanzado un punto de equilibrio o han generado beneficios desde 2000.