Leyes mexicanas y de EU también propician las tragedias: expertos
Expertos en el fenómeno migratorio advierten que los indocumentados no tienen más alternativa que asumir el riesgo de viajar con las mafias
La muerte de 55 migrantes en México evidencia que las políticas de Estados Unidos y su vecino del sur para frenar la migración ilegal y combatir el trafico de personas empujan a los indocumentados a tomar mayores riesgos, advierten especialistas.
El accidente de carretera en el que perecieron los
migrantes
ocurrió el jueves, tres días después de que Washington reinstauró —por orden judicial— un programa que obliga
a
los solicitantes de asilo
a
esperar respuesta
a
su trámite en México.
Esa medida cierra aún
más
el acceso
a
Estados Unidos, e indirectamente conmina
a
México
a
contener el flujo migratorio
a
través de su territorio.
Las fuerzas de seguridad mexicanas han hecho su parte cercando
a
los traficantes de
migrantes
mediante labores de inteligencia
y
seguimiento financiero, pero especialmente con un vasto despliegue militar en los extremos sur
y
norte del país, explican estudiosos del tema.
“El hecho de que veamos un camión con tal cantidad de gente (160 personas)
a
plena luz del día es demasiado desafiante”, dice Leticia Calderón, investigadora de la problemática migrante en el Instituto Mora.
La experta señala que la estrategia mexicana es liderada e implementada por militares, cuya lógica castrense resulta efectiva para ejecutar operativos
y
controlar el territorio.
Pero este accionar no sólo mella
a
los criminales, sino que acorrala
a
los
migrantes
que se ven perseguidos
y
sin mayores salidas legales, considera Calderón.
Para Irineo Mujica, líder de las caravanas
migrantes
—otra debilitada vía para lograr el sueño americano— el estado de Chiapas (sur), por donde acceden la mayoría de indocumentados
y
escenario de la tragedia, “se ha convertido en la tumba del migrante”.
La política de contención en esta región “ha provocado hacinamientos
y
obliga
a
personas como nunca antes
a
poner su vida en peligro máximo”, asegura el activista, duramente criticado por Estados Unidos.
En 2020, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó medidas para que los
migrantes
permanecieran en la frontera sur, aduciendo que era
más
segura que el límite norte donde podían ser víctimas de los sanguinarios cárteles de las drogas.
Persecución
Calderón plantea alternativas propias de la autoridad civil como que
México
reconozca nuevos estatus migratorios
y
otorgue documentos, independientemente de que los beneficiarios decidan permanecer en el país.
Del lado de los criminales, la experta cree que el intenso acecho militar los lleva
a
aplicar un criterio “empresarial” de tomar el riesgo de mandar el mayor número de camiones con
migrantes
hacinados
a
sabiendas de que alguno será detenido o se perderá.
“Al final de cuentas la ganancia se mantiene”, explica Calderón, quien reconoce la necesidad de ir tras las mafias pero sin caer en una mera “lógica policial”.
Para Enrique Vidal, integrante del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, en Tapachula, Chiapas, los
migrantes
no tienen
más
alternativa que asumir el riesgo de viajar con las mafias.
Encima de eso, la estrategia militarizada de López Obrador los persigue
y
acusa, alega Vidal.
“El foco lo están poniendo en las propias personas (migrantes)
y
no en las mafias, sin reconocerlas como víctimas tanto del crimen organizado como del propio gobierno”, añade.
Pragmatismo
Vidal opina que esta situación es consecuencia de la denominada “externalización de fronteras”, política por la que un país hegemónico obliga
a
otro -sobre el que pesa algún condicionamiento político o económico-
a
que implemente medidas de restricción migratoria “más duras”
a
cambio de algún favor o beneficio.
Este papel, similar al que juega Turquía en el espacio de influencia de la Unión Europea, fue negociado por
México
durante la administración de Donald Trump
y
se mantiene con la del demócrata Joe Biden, sostiene el activista.
Asegura además que el apoyo que
Estados Unidos
ha brindado
a
México durante la pandemia de la Covid-19, con acceso
a
equipos médicos
y
vacunas, fue la moneda de cambio por endurecer el control fronterizo.
“Eso demuestra un pragmatismo muy cínico”, dice Vidal.
Calderón opina que la administración Biden sí ha procurado una política migratoria “menos drástica” que su antecesor
y
que miembros de su equipo tienen un compromiso sincero con esta problemática
Pero advierte que el demócrata también “juega electoralmente”.
“Si ahorita les estorba que haya un número visible de
migrantes
y que los republicanos los ataquen por eso (...) agarran al vecino
y
‘ahí te van mis migrantes, ahí me los guardas’”, dice la experta.
Vidal añade que el auge mundial de discursos xenófobos
y
discriminadores tampoco favorece la causa de los
migrantes
ni la implementación de
políticas
respetuosas de
sus
derechos.
Mientras que para Mujica, el gobierno mexicano “ya perdió la sensibilidad” hacia el migrante y
sus
sueños. “No están conscientes de lo que su política detona”, afirma.
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