AMLovers ‘toman’ el Zócalo para celebrar histórica victoria
Todos cupieron anoche en la plancha de Zócalo, en el primer encuentro de la masa con el López Obrador, presidente

Esta vez hasta los indigentes celebraron. Los andrajosos, que en otros mítines se quedan arrinconados o aprovechan los tumultos para pedir un dinero o comida, esta vez también tomaron su banderín de Morena y se unieron al grito de “¡es un honor estar con Obrador!”. Todos cupie
ron anoche en la plancha de Zócalo, en el primer encuentro de la masa con el López Obrador, presidente. Las parejas del mismo sexo se envolvían en banderas color vino tinto, las mascotas portaban collares con la imagen caricaturizada del tabasqueño, las personas con discapacidad se abrían paso con sus sillas de ruedas y alzaban con orgullo la foto del personaje que ayer enardeció a sus fieles con la promesa de que va a subir al doble la pensión para adultos mayores.
La gente comenzó a llegar al Zócalo a las 8 de la noche, poco después de que José Antonio Meade y Ricardo Anaya reconocieran su derrota en las elecciones de este 1 de julio. Durante más de tres horas, grupos musicales animaron a los asistentes mientras llegaba el primer hombre en derrotar al PRIAN, como llama López Obrador a la élite política y económica que ha gobernado al país desde hace 90 años.
“Vamos a ensayar un grito para ahorita que llegue el licenciado”, invitó el vocalista del mariachi que hizo bailar a los miles amlovers o pejelovers. “Vamos a ver qué tal se oye decir por primera vez: ‘con ustedes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador’”. Y retumbaba la Plaza de la Constitución.
“¡Salinas y Calderón, se quedan sin pensión!”, coreaban las huestes del exjefe de Gobierno de la Ciudad de México para festejar al personaje que ha prometido eliminar los privilegios de los expresidentes y de los altos funcionarios.
“¿Dónde están, dónde están, los priistas que nos iban a ganar?”, cantaban los miles de asistentes al Zócalo, entre los que se podían ver preescolares, ancianos, amas de casa, jóvenes, hipsters, punks, actores, deportistas, indígenas.
“Amor con amor se paga”, dijo López Obrador, que llegó al Zócalo a las 23:50 horas, después de haber dado una conferencia de prensa en el Hotel Hilton. “Así como ustedes me quieren a mí, yo los quiero mucho a ustedes; no les voy a fallar, no los voy a decepcionar”.
Las máscaras de AMLO costaban 150 pesos, los muñecos de peluche 80, las banderas 20. Las playeras costaban entre 80 y 100 pesos, las pulseras 15, los posters a 10. La imagen de López Obrador ahora vende como la de un rock star.
Acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez fue enfático al decir que desea una transición sin sobresaltos económicos, con orden y en paz. Reiteró que no habrá represalias contra sus adversarios y adelantó que este próximo martes se reunirá con Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional para acordar los términos de la entrega-recepción.
Cuando enumeró a los personajes que formarán parte de su gabinete y que encabezarán las negociaciones con el gobierno saliente, la que despertó más alaridos fue Tatiana Clouthier, su coordinadora de campaña, que ahora hará mancuerna con Olga Sánchez Cordero para hacerse cargo de los asuntos internos.
Otro que despertó fuertes aplausos fue Marcelo Ebrard, el exjefe de Gobierno de la Ciudad de México que se hará cargo de los asuntos internacionales junto con Héctor Vasconcelos. De esa dupla saldrá el próximo canciller y su papel será clave en la relación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Al perecer la fanaticada no ubica bien a Carlos Urzúa, próximo secretario de Hacienda ni a Alfonso Romo, futuro jefe de la Oficina de la Presidencia, ni a César Yáñez, encargado de la relación con los medios de comunicación, pues sus nominaciones dejaron indiferente al público.
“Hay tres principios que nos guían”, dijo López Obrador para cerrar su mitin del triunfo en el Zócalo. “No mentir, no robar y no traicionar el pueblo”, exclamó para después agregar que se esforzará todos los días por ser el mejor presidente de México.
Al terminar el acto, miles de personas inundaron las principales vías del primer cuadro de la capital del país como Madero, 20 de Noviembre, 5 de Febrero y 16 de Septiembre para retornar a sus casas. Frente al Sanborns de los Azulejos, un joven llevaba en hombros a un amigo vestido de traje y con la máscara de López Obrador. A su paso, los simpatizantes gritaban: “¡Se ve, se siente, AMLO, presidente!”
Cuando veían una cámara de televisión, los admiradores del presidente electo agitaban sus banderas, lanzaban porras y gritaban: “¡Sí se pudo, sí se pudo!”. Era la fiesta que nunca había ocurrido, la que tuvo que esperar doce años para hacerse realidad.