Siete meses han pasado desde que hizo su primer intento, pero fracasó. Esta segunda vez podría correr con la misma suerte. En abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador, buscaba formar un frente común en el continente, por lo que condicionó su asistencia a la Cumbre de las Américas.
Si el presidente Joe Biden, anfitrión del encuentro, no invitaba a Cuba, Nicaragua y Venezuela, él no asistiría. Y así lo hizo. El gobierno de Estados Unidos declinó su petición y no invitó a dichos países, por lo que el mandatario mexicano no acudió. Envió al canciller Marcelo Ebrard en su representación y advirtió que México participaba bajo protesta.
Hoy, con el nuevo triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente de Brasil, López Obrador volvió a tomar impulso.
En la llamada telefónica para felicitar al brasileño, el Presidente de México fue insistente en su invitación para que visitara nuestro país en la próxima reunión de la Alianza del Pacífico. Pero Lula da Silva, amablemente y sin tener claro el panorama que le esperaba en la transición, le agradeció la invitación.
Además, una nueva resolución que fue votada este jueves, en la que se buscaba poner fin al bloqueo económico y financiero de Estados Unidos contra Cuba, lo mantenían expectante. Confiaba en que la decisión sería unánime y que la Isla sería libre.
“Es una medida retrógrada, medieval, inhumana, porque no es posible que se aísle, aún más, a un país como Cuba o cualquier otro país del mundo. Nadie tiene ese derecho, actuar como el gobierno mundial, nadie. Los países somos independientes, somos libres, somos soberanos”, criticó en su conferencia matutina.
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Sin embargo, estaba positivo, aseguraba que sería el primero en hablar con el presidente Joe Biden para agradecerle por una actitud sublime, porque “sería una fiesta mundial”, incluso hasta propuso realizar una fiesta en el Zócalo de la Ciudad de México, ante la decisión. Pero su deseo no se hizo realidad, al menos no como él soñaba.
La votación obtuvo mayoría, pero Estados Unidos votó en contra, seguido de su aliado Israel, y con abstenciones de Brasil, liderado por el actual gobierno de Jair Bolsonaro que profesa su odio contra Cuba, y de Ucrania, a quien actualmente apoya económicamente en su guerra contra Rusia. Aunque fue un avance, a excepción de si Estados Unidos veta la resolución, como lo ha hecho en otras ocasiones.
Sin embargo, la situación política de Brasil y lo que pudiera suceder en Cuba llevaron a López Obrador a idear una integración, como lo dijo, de América Latina y el Caribe, pero también con Estados Unidos y Canadá, es decir, con América del Norte y consumar una gran región.
Por eso, pese a que la Cumbre de las Américas, a la cual no asistió en junio, se realiza cada tres años desde 1994, dijo que le gustaría que se adelante y sin excluir a nadie, para ahora sí asistir.
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