Gustavo Madero compara el triunfo arrollador de Andrés Manuel López Obrador con un tsunami: si bien la ola de Morena golpeó con toda fuerza el 1 de julio y devastó a los partidos políticos, la energía que desató ese fenómeno electoral se liberó en otro momento.
La irrupción de Morena, analiza el exdirigente de Acción Nacional, se originó por las expectativas insatisfechas que dejó el gobierno de Vicente Fox, frustración que se combinó con la crisis de representatividad de los partidos.
“Toda esa energía se liberó desde entonces, se propagó por todo el país durante 12 años y reventó en las elecciones del 1 de julio”, opina Madero, quien llegará al Senado por la vía plurinominal.
Sobre el experimento del Frente, Madero asegura que su origen fue genuino, pues la meta era lograr un gobierno de coalición, pero se fue desvirtuando en el camino, hasta convertirse en una plataforma para darle candidaturas a los cuates y en un pacto cupular, negado a los ciudadanos.
Sobre su misión en la Cámara Alta, donde el PAN será segunda fuerza, Madero adelanta que la oposición vigilará que la llamada Cuarta Transformación de López Obrador sea para fortalecer la democracia, empoderar a los ciudadanos y combatir la desigualdad, y no que se convierta en la “cuarta mutación del PRI”.
¿Cómo está la moral del PAN en estos momentos?
El PAN es un partido que lleva muchos años de batalla y tiene una larga historia. No es un partido que con un resultado electoral adverso se doblegue. Hay que leerlo con mucha claridad para poder definir de la mejor manera cómo el PAN puede seguir contribuyendo a la democratización de país.
¿Habrá ajuste de cuentas?
Siempre hay gente que quiere buscar los cuchillos largos, las venganzas personales, cobrar facturas, pero ese es un impulso muy poco trascendente, movido más por intereses personales que por una visión generosa y profunda del país y del futuro. El chiste es que la reflexión sobre el futuro del PAN no se contamine con los humores, los hígados y entrañas que podrían tener algunos.
No puede negar que el proceso de selección del candidato del Frente dejó muchos heridos…
Se me hace muy chafa tratar de analizar la política con trivialidad, con anécdotas personales (que si me traicionó, que si me sacó la lengua), eso es chafa, eso nos ha hecho mucho daño. Pero a los medios les encanta eso, no construyen categorías, no hacen análisis, no toman en cuenta referencias. Entonces, lo único que se genera es un humor social de descontento.
¿Cómo sugiere analizar el tema?
Lo que debemos hacer los mexicanos y los actores políticos, es tratar de entender bien el mensaje de las urnas. A mí me gusta mucho la figura del tsunami, lo interesante de la figura del tsunami es que si bien hay una ola que revienta en las playas y arrasa con lo que se encuentra a su paso, lo más interesante del tsunami es que se originó en otro lugar y en otro momento.
El origen del tsunami que estamos viviendo es la descomposición y la crisis de representatividad de los partidos políticos tradicionales, eso es lo que lo causa, hay una pérdida de capacidad de representar los intereses, las aspiraciones y demandas de los ciudadanos. Ese es el mensaje que veo: los partidos se volvieron endogámicos”.
Sólo veían hacia adentro…
Se veían a sí mismos. Ese es uno de los problemas que podemos tener en Acción Nacional, que ante la renovación de la dirigencia, que otra vez caigamos en lo mismo y solamente se esté buscando no sólo quién me la paga, sino quién se va a quedar en tal o cual puesto, si me conviene o no, si representa al grupo para el que trabajo.
[caption id="attachment_888728" align="alignleft” width="600"] Mayo de 2014. Gustavo Madero (derecha) y Ricardo Anaya ganaron la elección interna para la dirigencia nacional del PAN.[/caption]
¿De cuándo data el tsunami del que habla?
Yo creo que es un problema que se crea después del 2000. El PAN no logró construir una alternativa de proyecto de país, se acomodó muy rápido al gobierno, sin desmantelar las estructuras clientelares, corporativas y corruptas que había dejado el PRI. Hizo muchos cambios, pero no lo principal, que era el desmantelamiento de esta cultura, pero el problema es que esa cultura sigue siendo hegemónica y predominante, la cultura clientelar.
¿Andrés Manuel querrá o podrá desmantelarla?
Mi preocupación es que Andrés Manuel, aunque habla de una cuarta transformación, el peligro es que se limite a ser una mera “cuarta mutación del PRI”. Ese sí sería un despropósito, que le pasara lo mismo que a nosotros, y que no entendiera que el mandato que le dio el voto es de tal fuerza que puede cambiar de manera profunda al régimen, pero no a la fachada, no con las medidas que está anunciando. Esas medidas son muy efectistas y no están tocando las raíces.
¿Le parece que son cosméticas?
Fíjate nomás: algunos dicen que Andrés Manuel es de izquierda. Bueno, pues yo me pitorreo de eso. ¿Cómo de izquierda, este bato? Si no está tocando el sistema fiscal, está dando subsidios, pero esos ya los daba el PRI, sólo que ahora va a dar más. Y para dar subsidios, pues no se necesita ser de izquierda.
Ser de izquierda es construir un cambio en la distribución de la riqueza, necesitas tocar el sistema fiscal y él ya dijo que no lo va a tocar en seis años. ¡Y lo juró en el Estadio Azteca! Pues yo pienso que ya la regó el bato, porque si algo hace falta en este país es precisamente una política fiscal más moderna, pero también más redistributiva.
“Yo le dije a Ricardo: ‘habla en plural’”
Artífice del Pacto por México, el acuerdo que impulsó el presidente Enrique Peña Nieto en 2012 con PRI, PAN y PRD para delinear las reformas estructurales, Gustavo Madero niega que haya naufragado, pues la esencia de aquel esfuerzo prevalece y hasta es avalado por el propio López Obrador.
Y respecto a la idea del PAN de haberse coaligado con PRD y Movimiento Ciudadano, niega que haya sido un mal experimento, aunque admite que Ricardo Anaya cometió errores al instrumentarlo y explicarlo a la gente.
¿Fue un mal experimento lo del Frente?
No. Yo creo que fue mal instrumentado, creo que el Frente es lo que le hace falta a México, un gobierno de coalición, pero la gente votó por lo contrario, que es concentrar el poder en un solo hombre. Nosotros propusimos un régimen semiparlamentario, plural, incluyente, donde el presidente tuviera una relación más equitativa con el Congreso, pero la gente votó por una un presidencialismo exacerbado.
¿En qué consistieron los errores?
En que el Frente fue utilizado más como una estrategia electoral para nombrar candidatos y poner a los cuates, que para darle contenido y sustancia al proyecto. El Frente nada más fue un membrete, pero nunca quedó presentado en las propuestas. La idea del Frente era que se fuera desdoblando, creciendo, incorporando a cada vez más sectores. Pero aquí pasó al contrario: se fue reduciendo y concentrando en muy pocas gentes. Eso fue lo que nos distanció mucho de los ciudadanos, se volvió en un proyecto más personal basado más en la figura de Ricardo Anaya.
La idea del Frente era plural. Yo le decía a Ricardo: ‘habla en plural, no hables en singular, no les digas el cambio soy yo’. Ahí estábamos negando el espíritu de la propuesta, el cambio era de sistema, no de personas”.
Y de los que ahorita están alzando la mano para dirigir el PAN, ¿alguno tiene esta mentalidad de voltear a ver más a los ciudadanos?
A ninguno le he escuchado todavía esta visión. Todos ellos empiezan con planteamientos muy personales o de grupo. Se definen más por el grupo al que representan, que si son anayistas, que si son corderistas, que si apoyan a tal gobernador, no tanto por las propuestas.
Sistema de alertas contra el autoritarismo
Sobre la agenda que empujará en el Senado, del que ya fue presidente entre 2008 y 2009, Madero dijo que quiere representar bien a su estado en la defensa del “federalismo atropellado en el que la Secretaría de Hacienda tiene una discrecionalidad absurda en el manejo de recursos y una opacidad terrible”.
Afirma que buscará un trato digno para su estado en los temas fiscales y también en el combate a la corrupción. “Una de las pruebas grandes que va a tener Andrés Manuel es saber si va a apoyar o no las investigaciones en el caso de César Duarte, si va a impulsar su extradición, cosa en la que el gobierno de Peña Nierto ha sido omiso”.
¿Usted diría que el gobierno está protegiendo a Duarte?
Pienso que se está haciendo una labor para no traerlo a la justicia, no hay razón que justifique la tardanza para las órdenes de aprehensión y de extradición. Es más: César Duarte no ha sido ni expulsado del PRI.
¿Y sobre los temas nacionales de su agenda?
Tengo muchos, pero sobre todo la imperiosa necesidad de que este nuevo gobierno pueda cumplir con el ser realmente una transformación para la gente y no una mera modificación de la hegemonía del PRI, impulsando reformas profundas y no quedarnos en la fachada, en las medidas efectistas o populistas para perpetuarse y controlar el poder.
¿Ustedes esperan diálogo o avasallamiento?
Esperamos diálogo y vamos a recibir con respeto las iniciativas provenientes de un gobierno electo democráticamente. Pero Andrés Manuel tiene exabruptos que son preocupantes. La gente aún no los percibe, porque todavía está en la borrachera de la victoria, pero lo que está haciendo Andrés Manuel es mostrar que quiere gobernar con decretos y decidir por encima de otros poderes. En la Cámara de Senadores ya está imponiendo una comisión de Relaciones Internacionales. Eso es un atropello, porque esa decisión la debe aprobar otro órgano que se supone que es autónomo.
¿Será tortuoso ser oposición?
Yo creo que la democracia debe tener pesos y contrapesos y un jefe de Estado con visión institucional y no caudillista. Creo que el jefe de Estado debe ser alguien que no sólo respete a los otros poderes, sino que los fortalezca, y que empodere a la ciudadanía, no que la sustituya con la noción de pueblo.
A Andrés Manuel no le gusta hablar de ciudadanos, le gusta hablar de pueblo, con esa visión muy idealizada de un pueblo que no se equivoca, que es puro, y que yo lo represento y que yo soy la voz del pueblo, cuando lo que estamos tratando de hacer es una democracia con ciudadanos informados críticos y participativos, pero eso no se le da a Andrés Manuel ni en el vocabulario.
¿Habrá margen de maniobra?
Tenemos que ser muy aguzados para poner ciertos indicadores que nos alerten cuando el gobierno se esté yendo para el lado equivocado. ¿Qué pasa con algunas medidas de Andrés Manuel? Pues que está anunciando acciones con una careta, pero que en el fondo tienen una intencionalidad política más perversa. Por ejemplo, él había dicho en un principio que la revocación de mandato iba a ser cada dos años, pero ahora ya leyó mejor la situación. ¿Qué dijo? En el 2021 va haber elecciones y renovación de la Cámara de Diputados. Si yo no estoy en la boleta, pues ¿quién va a votar por los batos de Morena si nadie los conoce? Se arriesga a perder la mayoría. Entonces, ¿qué dice Andrés Manuel? Pues voy a utilizar la figura de revocación de mandato en 2021. Entonces va a querer aparecer en la boleta, va a hacer campaña y aparecer en seis millones de spots, utilizando su imagen personal para volver a ganar.