La respuesta del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no ayudó a controlar la pandemia de Covid-19, que fue ampliamente vista como “lenta e ineficaz”, y la autoridad generó “confusión y caos”.
Esa es la demoledora conclusión a la que llega el capítulo dedicado a México en el libro “Populists and the Pandemic. How populists around the world responded to Covid-19” (Los populistas y la pandemia. Cómo respondieron los populistas de todo el mundo a la Covid-19), de reciente aparición.
Publicado por la editorial británica Routledge, el texto señala que “aunque el gobierno realizaba diariamente conferencias de prensa para comunicarse con el público, los mensajes sobre el virus SARS-CoV-2 fueron inconsistentes y opacos”.
La aparición del libro, que analiza el desempeño de 22 gobernantes ante la emergencia sanitaria —entre ellos Donald Trump, de Estados Unidos; Jair Bolsonaro, de Brasil, y Vladímir Putin, de Rusia—, coincide con la quinta ola de Covid-19 en México, en la que las autoridades han vuelto a dejar un vacío de información sobre las medidas que se deben tomar para evitar los contagios y las hospitalizaciones.
El presidente y su vocero, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, inicialmente restaron importancia a la gravedad del virus, respaldaron una estrategia basada en lograr la inmunidad colectiva y desincentivaron el uso de mascarillas”, apunta el texto elaborado por Nicolás de la Cerda y Cecilia Martínez Gallardo, profesores-investigadores de Ciencias Políticas en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Estados Unidos.
Un aspecto que los autores consideran “desconcertante” es que, pese a tener uno de los mayores niveles exceso de muertes por la pandemia y no obstante las contradicciones y traspiés, el gobierno de López Obrador no pagó un costo político por ello, ya que sigue teniendo niveles de aprobación superiores al 55 por ciento. En las elecciones intermedias de 2021, el partido gobernante no perdió su mayoría en el Congreso y ganó la mayoría de las gubernaturas que estuvieron en disputa.
Respecto al papel de López-Gatell y las conferencias vespertinas, la investigación señala que “desafortunadamente, la información difundida a través de estos informes fue inconsistente y sólo se actualizó selectivamente a medida que evolucionaba el consenso científico”.
Refiere que al comienzo de la pandemia, y en contra del consejo científico, la estrategia del gobierno mexicano fue buscar inmunidad colectiva, no se recomendaron máscaras y la transmisión asintomática se consideró muy improbable.
A medida que se disponía de evidencia que ponía en duda (o refutaba estas suposiciones completamente), el gobierno cambió ligeramente su discurso, pero rara vez cambió sus políticas”, apunta el libro.
Desde la óptica de los autores, el manejo de la pandemia por parte del gobierno lopezobradorista fue más comunicativo que científico.
“La centralización de las decisiones en un pequeño círculo de designados presidenciales permitió al gobierno crear un fuerte sentido de “agencia” a pesar de las deficiencias de la respuesta a la pandemia y la renuencia a cambiar la política en respuesta a las condiciones cambiantes”.
Este sentido de “agencia”, señala el texto, se vio reforzada por la constante presencia mediática del presidente López Obrador y de López-Gatell, lo que ayudó a consolidar la idea de que tenían el control.
La respuesta centralizada, junto con el debilitamiento de la ciencia y otras instituciones autónomas que estaba en curso cuando golpeó la pandemia, inhibió la deliberación y, lo que es más importante, desalentó las críticas a la respuesta del presidente a la pandemia”.
La investigación considera que la estrategia de comunicación “polarizadora” de López Obrador le permitió presentar la rendición de cuentas por la crisis sanitaria como una cuestión de “moralidad” en lugar de mostrar resultados.