Mientras el gobierno de Perú exige a Andrés Manuel López Obrador que cese su injerencia en la crisis política que se vive en el país tras la destitución de Pedro Castillo como mandatario, el Presidente de México ha decidido pausar las relaciones y desconocer al gobierno de Dina Boluarte.
Este martes, López Obrador reiteró su llamado a respetar el voto de los peruanos y los derechos humanos, no reprimir al pueblo en las manifestaciones que se están generando en contra del nuevo gobierno, y que ya suman siete muertos.
“No es injerencismo, estar ahí conduciendo nada, nuestro embajador está en su trabajo diplomático y Relaciones Exteriores está a cargo de llevar a cabo este proceso”, resaltó, en una medida que recuerda a la pausa en las relaciones con España a inicios de este año. “Una pausa para respetarnos y que no nos vean como tierra de conquista”, pronunció en febrero.
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“(La relación México-Perú) está en pausa, en espera de lo que suceda y ojalá se busque una salida democrática”, comentó López Obrador, a la vez que dejó ver que para él, Pedro Castillo sigue siendo el Presidente de Perú. “Sigue siendo Pedro Castillo el presidente”, puntualizó tras la pregunta de uno de los asistentes a su conferencia matutina. “Lo acabamos de decir, hasta que allá lo resuelvan en términos de legalidad”, puntualizó.
En la diplomacia mexicana no existe el reconocimiento, va contra los principios de política exterior —dijo—, por lo que se analizan los acontecimientos y dijo que se unirá a otros países para buscar una salida democrática.
Sin embargo, la resolución que busca López Obrador podría tomar más tiempo de lo esperado, toda vez que este martes, el expresidente Castillo aseguró que no renunciará a la presidencia, y, desde prisión hizo un llamado a las fuerzas armadas para que depongan las armas.
En respuesta, el nuevo gobierno que encabeza Boluarte acusó a México de injerencismo por descalificar la remoción de Castillo y señalar a las “élites” peruanas de generar un ambiente de hostilidad en su contra.
A la presidencia se le sumó un grupo de oficiales de la Marina de Guerra de Perú en situación de retiro, quienes,
a través de un comunicado, reconocieron que la gestión de la presidenta se encuentra amparada por la Constitución, y exhortaron a su gobierno a retirar inmediatamente de su territorio a los embajadores de Argentina, Bolivia, Colombia y México, esto después de que dichas naciones se pronunciaran a favor de Pedro Castillo.
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