Tras más de una semana de que se agudizaran los hechos violentos en Chiapas, entre los cuales ocurrió el asesinato del activista tzotzil, Simón Pedro Pérez, el presidente Andrés Manuel López Obrador descartó que esto afecte la gobernabilidad o estabilidad de la entidad.
En su conferencia matutina, el mandatario añadió: “Si no terminamos de pacificar a México, por más que se haya hecho, no vamos a poder acreditar históricamente a nuestro gobierno”.
El conflicto ha derivado en enfrentamientos armados, el hallazgo de explosivos en Simojovel y Pantelhó, una balacera entre presuntos criminales en plena capital, así como una serie de ataques a las fuerzas de seguridad que ha incrementado el número de pobladores desplazados.
“Últimamente ha habido estas manifestaciones de violencia; incluso, hubo un asesinato en Tuxtla de varias personas, y lo que está sucediendo en Pantelhó y en otros sitios donde hay grupos que están actuando de manera violenta, pero no representan ningún riesgo a la estabilidad, a la gobernabilidad”, sostuvo el mandatario al asegurar que “se está trabajando” de manera conjunta con el gobierno de Rutilio Escandón Cadenas para regresar la seguridad a la región y frenar los brotes de violencia.
Justo al cumplirse una semana de que el pasado 8 de julio en Chenalhó , un grupo de civiles armados atacaron, retuvieron y despojaron al menos 34 armas —entre fusiles y armas cortas, así como municiones y equipo táctico— a elementos de la Guardia Nacional, y de que en la zona de Pantelhó también fueron agredidos los efectivos de seguridad, dejando un saldo de tres militares y seis policías heridos, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que se trata de conflictos recientes en los que los pobladores han decidido actuar de manera violenta.
“No se trata de los conflictos que vienen de tiempo atrás, son cosas nuevas, es gente que está optando por la violencia en esa región, pero ya estamos actuando”, aseguró el mandatario en conferencia luego de que el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas denunciara hace pocos días, que a raíz de la creciente violencia en la región de Los Altos al menos dos mil personas se han visto forzadas a desplazarse de sus comunidades.
Bajo ese mismo ánimo de minimizar la creciente violencia en la zona de Chiapas y Oaxaca, el mandatario descartó que se tratara de un secuestro la retención de al menos 40 elementos de la Guardia Nacional, junto con personal de la Agencia Estatal de Investigaciones, ministerios públicos y peritos, por parte de los pobladores de Santiago Textitlán. “Están dialogando, pero no están secuestrados pues”, aseveró.