A las afueras de Palacio Nacional organizaciones se manifestaban por la falta de apoyo, adentro el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó “mezquinos” a quienes se preocupan del costo que pueda tener el asilo al expresidente Evo Morales.
En la conferencia de prensa de este martes, el mandatario aseguró que cuestionar lo que cuesta la protección del expresidente de Bolivia, es un tema secundario, por lo que no quiso informar sobre lo que se destina a esta tarea.
“Todo lo demás, de si habla Evo, cuánto cuesta darle la protección y el sustento, todo eso –con todo respeto- es secundario, no es esencial y les diría que todo ese tipo de cosas están muy cercanas a la mezquindad y eso no es lo que representa México”, argumentó.
El mandatario fue cuestionado porque el pasado jueves, el boliviano fue captado al salir de un exclusivo restaurante en la colonia Roma de la Ciudad de México, acompañado del asesor del canciller Marcelo Ebrard, Óscar Argüelles, y custodiado por cuatro hombres.
Pero, mientras el tabasqueño defendía al asilado boliviano, afuera del recinto la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) criticaba el apoyo del gobierno a otros países, como Honduras, El Salvador y Guatemala, donde impulsa Sembrando Vida.
Además, aseguraron que no viajan en “camionetotas” como lo ha expresado el mandatario, y que sus “otros datos” son incorrectos. Afirman que, aunque votaron por el tabasqueño, no ha cumplido su fundamento de “primer los pobres”.
A la protesta se unió el Sindicato Único de Trabajadores (SUT) de Notimex, quienes afirman que en la Agencia de Noticias del Estado Mexicano siguen incumpliendo con el trato y con los despidos conforme a la ley.
Los comunicadores y demás empleados, exigieron al presidente López Obrador la remoción de la directora de la agencia, Sanjuana Martínez, a quien señalaron de sentirse segura en el cargo, pese a los malos tratos, por ser amiga de Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del mandatario.
Durante la mañana, otros grupos se unieron a los cerca de cien manifestantes, como exempleados del Seguro Popular, quienes exigen se les devuelva su trabajo o se les ingrese al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), el nuevo modelo de la actual administración.
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