Eran alrededor de las 9:30 de la noche del lunes, cuando un incendio se registró en la estación migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM) de Ciudad Juárez, Chihuahua. Al menos 38 migrantes murieron en el lugar, tres más en un hospital y 29 resultaron con lesiones.
“Algo muy lamentable, muy triste”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su mañanera de este martes, pero luego los culpó de su propia muerte.
Señaló que, tras enterarse de que serían deportados, los migrantes, en su mayoría centroamericanos, comenzaron una protesta en la puerta del albergue, colocaron colchonetas y prendieron fuego.
“Esto tuvo que ver con una protesta que ellos iniciaron a partir, suponemos, de que se enteraron que iban a ser deportados, movilizados, y como protesta en la puerta del albergue pusieron colchonetas del albergue, y les prendieron fuego y no imaginaron que esto iba a causar esta terrible desgracia”, acusó.
Foto: Cuartoscuro
Instituciones relacionadas se dirigieron al lugar. La Secretaría de Relaciones Exteriores anunció trabajo coordinado con cancillerías, embajadas y consulados de Guatemala, Honduras, Venezuela, El Salvador, Colombia y Ecuador, de donde son originarios las víctimas. La Fiscalía General de la República (FGR) inició las diligencias correspondientes, lo mismo que la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional y autoridades estatales. También lo hizo la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
En redes sociales, el titular del INM, Francisco Garduño, visitó a los heridos y anunció que otorgarán Tarjetas de Visitante por Razones Humanitarias a los lesionados, además de cubrir los requerimientos médicos.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Vedant Patel, lamentó el hecho y ofreció ayuda a México para esclarecer las causas que originaron el incendio en la estación migratoria, pero recalcó que esta tragedia es un “desgarrador recordatorio” de los riesgos que enfrentan los migrantes.
Excusas
Aunque rápidamente legisladores de todos los partidos de oposición culparon al gobierno por el incendio y exigieron la renuncia del secretario de Gobernación, Adán Augusto López; del canciller Marcelo Ebrard, y del titular del INM, Francisco Garduño, no hacía falta pues ellos mismos ya se deslindaban de responsabilidades y se la aventaban al otro.
En una entrevista radiofónica, el titular de la Segob, aseguró que, para efectos administrativos su dependencia es la encargada, pero por un acuerdo al interior de la administración lopezobradorista, es Marcelo Ebrard y su dependencia, la SRE, la que
se encarga del tema migratorio.
Pero pronto un video desmentiría al presidente López Obrador. En redes sociales circuló una grabación en la que se pueden ver los primeros segundos del incendio, mientras los migrantes golpean las puertas que aparecen cerradas, los guardias de seguridad del centro migratorio abandonan el lugar que poco a poco se llena de humo y se pierde la visión.
Ante esto, organizaciones defensoras de derechos humanos acusaron falta de rutas de evacuación y protocolos para actuar ante incendios en el lugar, por lo que responsabilizaron al gobierno mexicano del siniestro.
La asociación Sin Fronteras fue una de las primeras en reaccionar y señalar al INM por el incendio. “Esto no fue un accidente, esto se pudo evitar. Responsabilizamos al gobierno mexicano por la falta de protocolos y rutas de evacuación en caso de incendios”.
Pero también se lanzaron contra el presidente López Obrador quien aseguró que los migrantes se encontraban en un albergue, mientras estaban en un centro de detención. Las personas estaban privadas de su libertad y “por lo tanto, el Estado era garante de su vida. Esto no se diluye señalando que estaban retenidos en un área de aseguramiento temporal ni insistiendo en que protestaban”.
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