En la mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó duras críticas contra el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro-Juárez (Centro Prodh), acusándolos de contribuir a la liberación de presuntos responsables de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero.
El mandatario expresó su desconfianza hacia el Centro Prodh, afirmando que han cambiado y “se han echado a perder”.
Además, abogó por la intervención de verdaderos defensores de derechos humanos para revisar lo que denominó un “pacto de silencio” que, según él, ocultaba la verdad y dañó al Estado.
El mandatario señaló un aparente conflicto de interés, alegando que los mismos defensores de derechos humanos que abogan por la justicia de las víctimas también defienden a quienes alegan haber sido torturados, logrando su liberación, incluso cuando existen pruebas de su participación.
Incluso, afirmó poseer pruebas que indican que aquellos que denunciaron tortura luego declararon como testigos protegidos, admitiendo su participación. Criticó un boletín del Centro Prodh que calificaba la sentencia para liberar a los presuntos torturados como “excelente” y “de vanguardia”.
El presidente también cuestionó la relación entre los abogados, fiscales y Emilio Alvarez Icaza, exsecretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Asimismo, manifestó su interés en comunicarse directamente con los padres de los desaparecidos, denunciando que no se lo permiten; y anunció la solicitud de informes a Arturo Medina Padilla sobre este caso.
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