Los aparentes logros que el presidente Andrés Manuel López Obrador exhibió en el mensaje por su Cuarto Informe de Gobierno se basan, en realidad, en cifras de otros años e información incompleta, y además despreció al Producto Interno Bruto (PIB) como medida para conocer la salud económica del país.
“En este informe, puedo sostener que a pesar de las adversidades estamos saliendo adelante como lo demuestran los resultados”, dijo al inicio de su discurso. “Se nos cayó la economía, pero ya logramos recuperar los niveles previos al Covid”, agregó.
Uno de los datos que citó el Presidente fue el número de plazas recuperadas en el Seguro Social, al señalar que “21 millones 236 mil 866 trabajadores, es decir, 623 mil 330 más que antes de la pandemia”. Lo que no dijo es que lo que creció aún más fue el número de personas en informalidad laboral (34 millones 715 mil 172 personas).
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El mandatario aseguró que “los más pobres fueron los únicos que vieron crecer sus ingresos en 1.3%”. Aunque es verdad que creció el salario mínimo en un 20%, no significó una mejora real de sus ingresos, porque la inflación devoró ese aumento.
López Obrador dijo también que los indígenas aumentaron su ingreso en 13.16%, entre 2019 y 2020, que equivale a 3 mil 352.33 pesos al mes por persona, pero es mucho menor al salario mínimo.
“En la nueva política moral y social que hemos aplicado desde el principio de nuestro gobierno, se ha desechado la obsesión tecnocrática de medirlo todo en función de indicadores de crecimiento que no necesariamente reflejan las realidades sociales”, dijo el Presidente. Esto se traduce en que desprecia al PIB, y con ello el declive económico de su gobierno no podrá ser comparado con administraciones anteriores.
Despreciar al PIB permite que el declive económico de su gobierno no sea comparado con lo avanzado en administraciones anteriores, como la de Peña Nieto o Felipe Calderón, que según el mandatario estuvieron plagadas de corrupción.
El PIB, que es el que mide el crecimiento de la economía, indica que aún falta para alcanzar el nivel que se tenía a finales de 2019, previo a la pandemia. Según la información que proporciona el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el PIB del país es actualmente de 18 billones 224.7 mil millones de pesos, por lo que aún le falta un 1.07% para reestablecer el nivel, o en términos nominales, 195 mil millones de pesos que no se han recuperado de lo perdido en la crisis.
Dicha cantidad es similar a un poco más del precio inicial al estimado para la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, que se presupuestó en casi 9 mil millones de dólares. El valor del PIB que se tiene hasta el segundo trimestre de este año, es similar al que se tenía en el tercer periodo de 2017, es decir, tenemos nulo crecimiento en esta administración.
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Asimismo, López Obrador se jactó del combate al huachicol, que según las cifras de su administración han dado ahorros por 200 mil millones de pesos; sin embargo, los precios de los combustibles automotrices se encuentran en máximos inéditos para la población y durante este año no han dejado de aumentar.
Señaló que gracias a los subsidios a las gasolinas y el diésel se evitó que la inflación alcanzara 14%, aunque sus propios analistas como Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, o Gabriel Yorio, subsecretario de la misma, han sostenido que las subvenciones impidieron una inflación de 12%, por lo que el Presidente le puso más énfasis al discurso de su Cuarto Informe.
También, expuso una reactivación del sector de la construcción por la inversión pública, lo que representa una verdad a medias, ya que en 2021 se reactivó este sector con un crecimiento de 6.5% frente al cierre de 2020, y un crecimiento en lo que va de 2022 que es de 3.7%, pero se debe mencionar que en febrero 2020, antes de que irrumpiera la pandemia existe una caída de 8.4% en la construcción a la actualidad.
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