AMLO acepta despliegue militar en frontera sur; se desata el caos
Ante la ola migratoria que ha colocado a Brownsville, Laredo y El Paso en estado de emergencia, el Presidente reforzará dos medidas en sus dos fronteras. Los viajeros esperan hasta por cuatro días en fila para ser atendidos
No hay plazo que no se cumpla, y luego de tres años la política migratoria conocida como “Título 42” llegó a su fin. En plena escalada del flujo de migrantes a Estados Unidos, nuestro país no solo aceptó recibir a los miles de viajeros que deportará la nación vecina, sino que también reforzará la presencia de la Guardia Nacional en la frontera sur.
Esto último fue confirmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien detalló el despliegue de fuerzas federales a la frontera con Guatemala para impedir que más migrantes lleguen a territorio estadounidense. Lo anterior, aseguró, no fue una decisión tomada en la reunión virtual con Joe Biden, sino que fue una resolución de su administración.
“No lo acordamos, nosotros tomamos la decisión sí, pero (los guardias) llevan la instrucción de no utilizar la fuerza”, reconoció el mandatario, quien sin embargo dijo desconocer el número de elementos que serán desplegados. Como justificación, solo afirmó que estarán al pendiente para evitar provocaciones.
PUEDES LEER: Biden plantea medidas enérgicas en frontera; AMLO pide humanismo
Aunado al aumento en el despliegue de la Guardia Nacional, el comisionado interino de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense, Troy Miller reiteró que el gobierno mexicano refrendó su compromiso de recibir a al menos 30 mil migrantes al mes, pese a la cancelación del Título 42.
“Los migrantes que ingresan ilegalmente a los Estados Unidos cruzando la frontera suroeste, y no a través de una vía legal, serán devueltos a México y pueden ser transportados fuera de la frontera norte de México a lugares en el sur del país”, puntualizó.
Desorden y tensión
Las horas que faltaban para el fin del Título 42 sirvieron de estímulo para que los migrantes, en su mayoría centroamericanos, se apresuraran a entrar a Estados Unidos a cualquier costo. Y aunque el gobierno estadounidense se preparó con el despliegue de 24 mil nuevos elementos de seguridad, el reforzamiento de la aplicación CBP One e incluso un simulacro en la garita de San Ysidro, los esfuerzos resultaron insuficientes: los oficiales se han visto rebasados y los usuarios de la app reportan fallas al momento de intentar hacer sus citas para solicitar asilo; las autoridades en ambos lados de la frontera sumaron a sus tareas la capacitación para el uso de dicha plataforma, mientras cientos de familias se han mantenido en la fila hasta por cuatro días.
Según los últimos reportes, se espera saturación en Arizona, Texas, Nuevo México y California, pese a que las principales ciudades del estado de Texas han declarado estado de emergencia.
El estatus de “solicitante de asilo” es codiciado, pero su obtención será ahora más difícil. Así lo dio a conocer Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos: “si alguien llega a nuestra frontera sur después de esta medianoche, se presumirá que no es elegible para asilo y estará sujeto a consecuencias más severas por ingreso ilegal, incluida una prohibición mínima de cinco años de reingreso y un posible proceso penal”, señaló.
Al subrayar que “nuestras fronteras no están abiertas”, Mayorkas aseguró que la implementación de“consecuencias más duras” con la transición al Título 8 implicó una planeación de casi dos años. Sin embargo, reconoció que el aumento en el flujo de migrantes con la cancelación de la emergencia sanitaria que podría agudizarse en las próximas semanas significará “una presión increíble” para los funcionarios fronterizos.
Muestra de la intensificación de las acciones para impedir el ingreso ilegal de migrantes —de las cuales reiteró Mayorkas que cuentan con el apoyo del gobierno de México—, fue la expulsión que se consiguió de casi mil venezolanos el día de ayer.
Pero la tensión fue más allá, y durante un encuentro con medios de comunicación locales, Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores de México, aprovechó para describir a John Neely Kennedy, senador republicano por Louisiana, como “un señor ignorante, racista, le debería dar vergüenza ser senador”, esto en respuesta a lo dicho por el congresista, quien en una comparecencia de Agencia Antidrogas (DEA) el día de ayer, mencionó que “sin la gente de Estados Unidos, México, hablando en sentido figurado, estaría comiendo comida para gatos de una lata y viviendo en una carpa en un traspatio”.
SIIGUE LEYENDO |
¿AMLO detendrá a migrantes o seguirá empoderando cárteles?: Rubio