China continental reportó mil 807 nuevos casos de coronavirus, el mayor número desde que inició la pandemia, hace dos años, y que ha puesto en alerta a las autoridades de todo el país, mientras Ómicron y sus subvariantes se expanden por diversas ciudades.
El rápido aumento de casos obligó al cierre de escuelas en Shanghai desde este lunes, una medida que otras ciudades vecinas adoptaron junto a la realización masiva de pruebas de detección entre la población de todas las edades.
Las autoridades locales también han impuesto fuertes controles de viajes entre provincias, especialmente a los residentes de Jilin, en donde se reportaron mil 412 casos durante el fin de semana, una cifra que representa cerca del 70% de todos los contagios contabilizados en China continental en ese periodo.
Pekín, sede de los Juegos Paralímpicos de Invierno hasta este domingo, también está entre las ciudades en donde las autoridades han limitado los viajes en las últimas horas para permitir sólo aquellos con carácter urgente o esencial.
La nueva ola de casos también afectó a la ciudad de Yanji, en la frontera con Corea del Norte, y en donde cerca de 700 mil personas fueron puestas bajo cuarentena severa desde el domingo en la tarde.
Este rápido surgimiento de casos provocó que el alcalde de Jilin, Wang Lu, fuera removido de su cargo el sábado por la tarde, mientras que el representante de la ciudad vecina de Changchun, Zhang Zhijun, también fue despedido horas después.
Otra de las ciudades afectadas por el rebrote es Shenzhen, también conocida como el Silicon Valley de China debido a que concentra el mayor número de fábricas de tecnología del país, y que decretó un paro de actividades para todas las empresas no esenciales desde este lunes.
Algunos expertos han señalado que la cuarentena de Shenzhen podría afectar los suministros mundiales de componentes tecnológicos como chips, cables y otras piezas que se fabrican en esta ciudad al sur de China.
Las autoridades locales apuntan que el cierre de este centro tecnológico podría ampliarse hasta el 20 de marzo, lo que incluye la suspensión de la mayoría de las rutas de transporte público en la ciudad y sus alrededores.
Más de 13 millones de residentes de esta zona deberán prepararse para tres rondas de pruebas masivas antes de levantar el cerco que las autoridades chinas han impuesto alrededor de esta ciudad industrial.
Datos de la Comisión Nacional de Salud de China indican que esta nueva ola ha disparado el número de casos positivos en 18 provincias del país, lo que podría romper la estrategia de cero tolerancia que el gobierno de Xi Jinping mantuvo durante los últimos dos años.
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