La cuarta economía más grande del mundo y la más importante de Europa, Alemania, ha entrado en recesión técnica ante la revisión a la baja de su Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre del año. La Oficina de Estadísticas de Alemania informó que el PIB del país se contrajo 0.3 % trimestral, una contracción mayor al 0.1 % preliminar que se había conocido el mes pasado y que revela que el motor de Europa está teniendo problemas para acelerar y podría arrastrar a la Unión Europea.
Entre los datos negativos que sobresalen, el indicador del clima de consumo registró una lectura negativa de 24.2 puntos, y aunque hubo una mejora respecto al mes pasado, aún está en zona de contracción y es un indicativo de que los consumidores alemanes no están gastando ni están dispuestos a gastar.
De acuerdo con la Oficina de Estadísticas, los continuos aumentos de precios pesaron sobre la economía alemana a principios de año, por lo que el gasto de los hogares cayó un 1.2 % en el primer trimestre. La reticencia a la compra de los hogares se manifestó en varios aspectos: gastaron menos que en el trimestre anterior en alimentos y bebidas, ropa, calzado y muebles, además, compraron menos automóviles nuevos, lo que probablemente se deba, entre otras cosas, a la interrupción de los beneficios fiscales para autos híbridos y eléctricos a principios de 2023.
Alemania continúa luchando contra la alta inflación, y aunque ésta ha perdido velocidad desde su máximo de 10.4 % alcanzado en octubre y noviembre, actualmente se ubica en una de 7.2 %, considerada un elemento clave en la depresión del gasto.
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