Jürgen Grässlin, laureado activista antiarmamentista ha denunciado que por publicar documentos que son parte de un proceso judicial ahora enfrenta una investigación tras revelar, en 2010, que el fabricante de armas Heckler & Koch exportó de manera ilegal miles de fusiles de grueso calibre a México.
Cinco de los acusados de Heckler & Koch son imputados de haber realizado este negocio como una organización criminal, por lo que según las leyes alemanas, recibirán altas condenas de cárcel, dice Grässlin. Se espera que el juicio comience el próximo año, en medio de una gran expectación mediática.
Alemania envió rifles ilegales a México
“El permiso de exportación prohibía que las armas fueran enviadas a Guerrero, Chiapas, Jalisco y Chihuahua”, recuerda Grässlin. Su fuente, asegura, le explicó que “la distribución a estos estados tenía lugar con el conocimiento de la directiva de la empresa“.
Cinco años y medio necesitó la Fiscalía de Stuttgart para acusar formalmente a seis exdirectivos y exempleados de Heckler & Koch. Son acusados de haber participado en 16 envíos de fusiles G-36 a México, a esos estados para los que no había permisos.
Entre 2005 y 2009 fueron vendidos un total de 4702 fusiles, un negocio de 4.1 millones de euros. Entre las pruebas de los ilícitos figura un certificado de agradecimiento expedido por la policía de Jalisco. También se sabe de la implicación de dichas armas en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
El entonces comisionado de DD. HH. del gobierno alemán, Christoph Strässer, pidió una disculpa a las familias de los desaparecidos durante una visita a Guerrero.