El estancamiento de la economía nacional se recrudece y todos los sectores que intervienen en la generación de empleo encienden las luces rojas por la inactividad en el ámbito del ejercicio del presupuesto y la inversión en infraestructura, inexperiencia y pasividad oficial que ahuyenta cualquier deseo de arriesgar capital para la generación de riqueza.
Ante los negativos escenarios que se desvelan por la disminución de la recaudación y la inamovible determinación del Presidente de la República de seguir regalando dinero, y el ensombrecido horizonte que arroja el hecho de que ya se esté echando mano de los recursos ahorrados durante administraciones pasadas para hacer frente a eventos extraordinarios e imprevisibles de la naturaleza, poco alivio ofrece a los mercados la noticia dada a conocer la semana pasada sobre el descubrimiento de yacimientos petroleros en Tabasco. El petróleo pasó de moda.
México sigue un proceso inercial de desánimo que deteriora sus perspectivas en el corto plazo y la única forma de detenerlo es mediante una acción bien planeada, anunciada y ejecutada, que demuestre que, el gobierno de López Obrador, contrario a lo que se dice, sí escucha y sí entiende, y sí puede tomar decisiones acertadas que se traduzcan en el impulso de actividades productivas.
Un ámbito de las actividades económicas que puede significar un ingreso extraordinario en el mes que apenas comienza está ligado al período vacacional de fin de año. En condiciones normales, dentro de un par de semanas la inmensa mayoría de los mexicanos estaremos celebrando las fiestas que define el calendario cristiano, alejados del trabajo e inmersos en actividades de descanso y esparcimiento en familia, que pueden o no entrañar un gasto, algo que afanosamente esperan quienes se dedican a la prestación de servicios en el sector turístico.
Como mera referencia, en el mes de diciembre de 2018, el país recibió por concepto de divisas relacionadas a gastos hechos por turistas provenientes del extranjero la cantidad de 2,276.5 millones de dólares, según datos registrados por INEGI. De esos ingresos, el 95% se generaron por turistas que ingresaron al país y sólo el 5% por turismo transfronterizo. Importante resulta destacar que, del total de visitantes que contribuyeron a esa bonanza estacional, el 75% llegó por vía aérea y el resto por vía terrestre.
Ante la estabilidad de la paridad cambiaria y la solución de los problemas de sargazo en las playas del caribe, podría perfectamente esperarse que, en esa región, por mencionar alguna, el fenómeno económico se replicará.
Es lamentable que el país atraviese una época de inestabilidad en el ámbito de la seguridad pública que provoque desconfianza por parte del turista extranjero. No es para menos, el número de muertes ha ido en aumento y las señales del gobierno son desalentadoras. La política de los abrazos y no balazos ha dejado un saldo rojo que se espera supere los 38 mil ejecutados para fin de este año. Una estadística reprochable que supera la de las administraciones antecesoras.
Toda esta lista de factores demuestra la relevancia que debe concederse al exhorto hecho por la Diputada Julieta Vences Valencia, de Morena, a la Secretaria de Gobernación, para reforzar este fin de año el Programa Paisano, mediante el cual se invita al gobierno Federal a efectuar un despliegue coordinado y eficiente de esfuerzos por parte de distintas dependencias de la Administración Pública, para auxiliar al viajero.
Quizá el llamado es insuficiente, si tomamos en cuenta la importancia que nuestra vocación turística y los éxitos cosechados en este sector pueden significar en la consolidación de un clima de confianza que rompa esa inercia negativa en la que está inmersa una buena parte del pueblo de México. Por eso, la experiencia que el propio gobierno ha demostrado tener en el ámbito de la comunicación pública y el despliegue de recursos para dar a conocer todas las mañanas el discurso que define la agenda política que nos impone el Presidente, podría encaminarse a sensibilizar a todos aquellos agentes dedicados a prestar servicios turísticos, para enfocar bien sus esfuerzos y lograr el cumplimiento de un objetivo económico común para este fin de año.
El atractivo que encuentran los visitantes extranjeros en nuestro país no está exclusivamente relacionado con la belleza de nuestras playas o monumentos arqueológicos, sino, sobre todo, la calidez de los mexicanos. Es oportuno el llamado para que, en esta época, se eduque a la gente sobre el cuidado y atención que se debe brindar al turista, y se dispongan recursos y el equipo administrativo y de seguridad que sea necesario para garantizar el tránsito de la gente a través del país, y que el uso de los servicios de transporte, entretenimiento, salud y hospedaje se de en forma absolutamente segura.
Menos egocentrismo en el ejercicio de la función de informar, y mucho mayor asertividad en la elección de los temas que México necesita atender para lograr el crecimiento que urgentemente falta.