Los efectos de la Covid-19, las crisis económicas y conflictos bélicos, con la invasión a Ucrania han agravado la inseguridad alimentaria mundial, generando serias preocupaciones alimentarias para este año.
Por ello, representantes de los países de América Latina y el Caribe se reunirán en Quito a instancias de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para buscar soluciones que mitiguen la crisis alimentaria y permitan acceder a alimentos saludables y nutritivos, mediante la innovación y ante el cambio climático.
Por ejemplo, Rusia es el mayor exportador mundial de trigo, mientras que Ucrania se ubica como el quinto más grande. Ambos, en conjunto, proporcionan el 19% del suministro mundial de cebada, el 14% del trigo, el 4% del maíz y el 52% del mercado mundial de aceite de girasol; incluso Rusia es el principal productor de fertilizantes.
Según un estudio reciente de la FAO, los precios de los alimentos comenzaron a subir en la segunda mitad de 2020, alcanzando un máximo histórico en febrero de 2022 debido a la alta demanda de productos, insumos y costos de transporte.
Si la situación sigue en este sentido, inevitablemente aumentará el número de personas que padecen hambre, que en Oriente Medio alcanzará 69 millones en 2020 debido, en particular, a los conflictos, la pobreza, el cambio climático, la escasez de recursos naturales y la crisis económica, además de los efectos de la Covid-19.
El principal informe anual sobre inseguridad agroalimentaria elaborado por el organismo internacional, presentado en el segundo semestre de 2021, confirma estas tendencias globales pesimistas que afectan a todas las regiones del mundo, y con un énfasis grave en América Latina.
En un país como México, esto sería perjudicial, pues al menos 22.5% de sus habitantes tienen carencia alimentaria y de calidad, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Además, México es un gran importador de trigo, pues apenas el año pasado pagó 1.7 mil millones de dólares en importaciones, por lo que su elevado precio desatado por la disputa armada entre Ucrania y Rusia repercutirá en las cadenas productivas de pan, principalmente.
Así, previo a la 37 Conferencia Regional de la FAO, en Ecuador, del 28 de marzo al 1 de abril, Julio Berdegué, representante de América Latina y el Caribe de la FAO, alertó que “no descartamos que la región pueda entrar en una crisis alimentaria”.
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