Los nuevos parámetros que permiten ampliar el número de casos positivos, sospechosos y defunciones que han ocurrido en el país por Covid-19 no se han integrado a la base de datos abiertos que la Dirección General de Epidemiología (DGE) publica cada noche, por lo que la información que distribuye esta dependencia presenta desfases con las cifras presentadas durante la conferencia nocturna.
El último cambio metodológico amplió la definición de casos positivos y defunciones para incluir a las personas que, sin prueba, fueron catalogadas como enfermos de Covid-19 por dictamen médico, algo similar a lo que ocurrió el 28 de septiembre, cuando los sospechosos se reclasificaron para incluir a quienes no tuvieron un estudio de laboratorio.
Sin embargo, las variables de estos dos ajustes no fueron incluidas en la base de datos abiertos de la DGE por lo que la información pública de la dependencia se encuentra desactualizada y presenta un desfase respecto a las cifras que sólo se pueden obtener a través de las conferencias diarias o en el reporte técnico de la Secretaría de Salud, mismo que no desglosa el origen de estos casos e impide el rastreo de los mismos.
De manera sistemática, los datos abiertos federales sobre la pandemia en México se han limitado, y no reflejan la evolución de los distintos escenarios de vigilancia epidémica, planteados por las autoridades de la Secretaría de Salud (SSa), quienes a través de la Dirección General de Promoción de la Salud, prometieron que esta información se mantendría actualizada constantemente a lo largo de la crisis sanitaria.
La falta de integración y transparencia en los datos públicos comenzó desde la semana 16 (mediados de abril) cuando las autoridades federales dejaron de anunciar el número de casos estimados positivos que arrojaba el Modelo Centinela.
Meses más tarde, con la entrada de la vigilancia epidemiológica a través de la red de Infecciones Respiratorias Agudas Graves (IRAG,) la información referente a los hospitales que notificaban diariamente jamás apareció de forma pública.
Recientemente se dejaron fuera de los datos abiertos las dos modificaciones que amplían, tanto la definición, como el número de sospechosos, confirmados y defunciones por Covid-19 en México, lo que dificulta conocer cuándo sucedieron estos casos, las condiciones de los mismos, y su distribución a lo largo del país.
Estos ajustes se realizan en todos los países del mundo, ya que es imposible conocer únicamente mediante pruebas de laboratorio el total de afectados por la enfermedad, pero la mayoría incluye una aclaración al respecto y suma estas variables tanto a los reportes oficiales, como a las bases de información pública de las que se nutren diversas fuentes.
Además, al no incluir esta información en la base de datos abiertos, se crea un desfase entre dos fuentes oficiales que reportan cifras con una diferencia de 3%, tanto en casos confirmados, como en muertes; sin embargo, esta discrepancia se dispara hasta un 72.4% en el número sospechosos.
La importancia de mantener la base de datos abiertos en sintonía con las cifras anunciadas durante las conferencias vespertinas, es que de ella se nutren los portales de información federal como el tablero nacional del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y los diversos portales geo estadísticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como diversos analistas independientes que ofrecen transparencia y certidumbre sobre estas cifras.
Alejandra Padilla, analista del portal Serendipia Digital, ha hecho constantes llamados para que los datos dados a conocer durante las conferencias vespertinas se incluyan en las bases públicas, especialmente porque sostiene que la información presentada no equivale a que ésta sea abierta o tenga formatos que permitan profundizar en ella; además, su difusión se condiciona a lo que las autoridades quieran presentar ese día.
el dato. La Ciudad de México tiene 130 mil 964 casos acumulados de Covid-19, de los cuales 92 mil 793 se han recuperado, 9 mil 824 han fallecido y cinco mil 149 siguen activos.